Rafael Correa dispuso la compra de dos aviones durante su presidencia: en el 2008, el Legacy 600, en $ 28 millones; y en el 2013, el jet francés Dassault Falcon 7X, con capacidad para atravesar el Atlántico sin escalas, en $ 50 millones.

Una investigación realizada por este Diario cruzó información entre los registros de la Dirección de Aviación Civil (DAC), los decretos ejecutivos sobre los viajes oficiales y los reportes de la Cancillería y del Ministerio de Economía entre 2008 y mayo del 2017, pues aunque solicitó información al Ministerio del Interior, la Presidencia, el Ministerio de Defensa y el Grupo Aéreo de Transporte Especial, estos entes no la entregaron.

Hay muchas inconsistencias e información incompleta, por ejemplo de los 344 vuelos, 185 no fueron identificados en los decretos ni se conoce su destino final; aparecen viajes a paraísos fiscales y lugares exóticos a los que Correa  no acudió o que no constan en los decretos de viajes oficiales que emitió. Él solo se embarcó en 108 ocasiones.

Con estos antecedente, esperamos que el examen especial al uso de los aviones presidenciales, anunciado por la Contraloría, aclare en detalle quiénes viajaron, el costo que significó para el Estado y los objetivos de los 344 desplazamientos. (O)