Circa 2010 había cuatro personas reunidas en una oficina ubicada en Junín y Baquerizo Moreno. Uno de ellos era un consultor, los demás eran sus clientes, y todos discutían

–con especial intensidad– la idea de hacer un evento ambiental en Guayaquil. ¿Un evento proambiente, en Guayaquil?

Han pasado casi 20 años desde esa reunión de 2010. Y hoy, con la quinta edición consecutiva de Premios Latinoamérica Verde, Gustavo Manrique consolida el posicionamiento verde de Guayaquil ante 38 países participantes.

Pero en los temas ambientales –como en el caso de la honestidad de la esposa de Julio César– hay que serlo para parecerlo.

Según la Visión de las Políticas Ambientales de la M. I. Municipalidad, “Guayaquil es una ciudad sostenible, limpia, saludable y respetuosa de la diversidad biológica y el medio ambiente”.

Las ciudades verdes empiezan incorporando en la política y la planificación urbana muchas de las soluciones inspiradas desde la población. Buscan reducir o eliminar el consumo de combustibles fósiles e implementar servicios de transporte público movidos por energía renovable.

Pronto habrá una flota de buses eléctricos recorriendo una línea del norte al centro de la ciudad. Y las tribus de ciclistas urbanos se agranda cada vez más. Guayaquil. Más verde ahora.

Las ecociudades adoptan prácticas de construcción sustentables, promueven los espacios verdes y recuperan espacios para los peatones.

Guayaquil ya tiene una ordenanza para el Fortalecimiento del Control de Construcciones en Guayaquil que busca garantizar el cumplimiento de normas NEC, de uso de suelos, de seguridad industrial. Faltaría incorporar el componente ambiental.

Muchos restaurantes de la ciudad se han sumando a la iniciativa #SinSorbetePorFavor.

Ya se promueve la horticultura urbana.

Pero, ¿qué tal una ciudad sin fundas plásticas? ¿Qué tal eliminar el uso de productos plásticos de un solo uso? ¿Qué tal promover techos verdes? ¿Qué tal beneficios tributarios por usar paneles solares? ¿Qué tal industrias de circuito cerrado, que no produzcan desechos? ¿Más autos híbridos y eléctricos? ¿Más gente caminando? ¿Más consumidores conscientes? ¿Volver a nadar en el estero Salado?

Finalmente las ciudades verdes invierten en educación ambiental y Guayaquil tiene la Escuela de Reciclaje del Malecón y los Premios Latinoamérica Verde. Porque la mejor educación –decía David Foster Wallace– tiene menos que ver con conocimiento y todo que ver con concienciación. Y la concienciación de un Guayaquil Verde empieza hoy, otra vez.

Bienvenidos participantes internacionales a Guayaquil, sede de los Premios Latinoamérica Verde.(O)