El tema más comentado de la semana en diversos ámbitos ha sido la sañosa agresión de tres sujetos –un hombre y sus hijos– contra dos custodios de una urbanización, ocurrida el domingo 5 de agosto en Guayaquil, y que catalogada como contravención fue “resuelta” con una conciliación e indemnización.

El hecho hubiese pasado inadvertido, como tantos otros, de no haber sido por tres factores: uno, la golpiza quedó registrada en la cámara de seguridad de la urbanización; dos, el video fue presentado como prueba ante la Fiscalía y se filtró a las redes sociales volviéndose viral por el repudio generado entre internautas; y tres, el aporte colectivo fue sumando audios, fotos y datos que aportaron detalles a la historia hasta evidenciar un presunto tráfico de influencias en la Unidad de Flagrancia, en perjuicio de los agredidos. La Fiscalía del Guayas inició de oficio una investigación contra tres funcionarios de la institución. Luego se presentó una denuncia formal por tentativa de asesinato, y ya suma diez el total de investigados.

La conciencia colectiva expresada a través de las redes sociales ha rechazado lo que se muestra como un abuso contra empleados que cumplían con su trabajo y presiona para que ese repudiable acto no quede impune. (O)