Estamos viviendo momentos difíciles, de eso no cabe la menor duda. Personas en su afán político tratan de hacer daño. No soy político ni nunca he tenido un cargo político, estoy en la “edad dorada” con mis facultades mentales intactas, con una buena lógica para expresar lo que vivo gracias a Dios, para comentar.

Guayaquil como puerto, abre las puertas a todas las personas que llegan de todas partes de nuestro país y del extranjero. Lamentablemente llegan también delincuentes. La delincuencia crece en forma abrumadora, se incluye a delincuentes del sexo femenino. Ellas y ellos salen y entran de la cárcel como entrar y salir de la casa, y no los podemos identificar las veces que hemos sido asaltados, porque –según la ley– tanto en la televisión como en los periódicos las imágenes de los delincuentes deben estar con los rostros tapados. Es decir, la delincuencia está protegida y nosotros los ciudadanos, desprotegidos.(O)

Jaime E. Villacís Ramírez, ingeniero civil, Guayaquil