Enfrentar la realidad es la única forma de solucionar un problema. Criticar sin dar soluciones es fácil. Muchos conocidos economistas criticaban y planteaban soluciones al enorme y delicadísimo problema fiscal que enfrenta el país; soluciones basadas en refinanciar la deuda cara con deuda barata, y reducción del gasto público. Proponen aplicar soluciones, a los síntomas, mas no curar la enfermedad.

El gasto que obligó a ese endeudamiento no solo debe reducirse, sino evitarse en el futuro. Debemos sanear la economía y lo que nos llevó a la actual situación fiscal. La falta de transparencia del Estado con sus mandantes nos llevó a recibir una “sorpresa” del endeudamiento total del Estado, que encubría tal monstruosidad con nomenclaturas como “ventas anticipadas de petróleo”, “deuda a corto plazo”, “deudas a proveedores” y otras que no se incluyen en los índices para reducir el índice de endeudamiento frente al PIB; y en el ámbito laboral, tener 160.000 empleados con contratos, y no fijos. Eso es inmoral y debe ser penado. Para evitar esto el Estado debe publicar no solo en la página web del Banco Central o del Ministerio de Finanzas, sino en los diarios de mayor circulación del país, un resumen del endeudamiento, total y detallado, y el crecimiento o decrecimiento del gasto público con los incrementos o reducción de los empleados públicos, para información completa de la situación básica fiscal, al cierre de cada mes. La transparencia del mandante obligará a mandatarios a decir la verdad. El pueblo mandante tiene derecho a esa transparencia que no solo le permita, sino que hasta cierto punto obligue a estar informado. La transparencia del Estado no solo debe ser facultativa sino obligatoria.(O)

Gustavo Echeverría Pérez,
avenida Samborondón