Nuestro país por su ubicación geográfica y sus pintorescos sistemas montañosos con fértiles y abrigados valles ha sido bendecido con una diversidad de climas y suelos que permiten el desarrollo de diversos cultivos tropicales y subtropicales, que generan fluidas cosechas no coincidentes con los periodos de recolección de sus competidores, es un punto favorable para su mercadeo en todos los continentes. El aguacate, llamado también palta, surge como una estrella fulgurante capaz de cubrir una buena porción del firmamento comercial del orbe y abastecer las necesidades nacionales, en tanto el consumo mundial aumenta a tasas superiores al 10%, como lo refleja el comportamiento de la población estadounidense que de un promedio de 0,5 kilos por persona en 1989, subió a 3 kg en el 2016.

Se desarrolla con exuberancia en varias provincias ecuatorianas, no solo las típicas del callejón interandino, donde campea orgulloso, sino también en todas las circunscripciones costeñas, los estudiosos le adjudican un crecimiento normal desde altitudes mínimas hasta dos mil o más metros sobre el nivel del mar, incluyendo amplias zonas de la península de Santa Elena, con infraestructura de captación y distribución de agua proveniente del trasvase del Daule a la presa Chongón, actualmente desaprovechado, pero con condiciones similares o mejores a las costeras del norte de Perú, este sí enorme exportador de esa fruta. Según Wilson Vásquez, técnico del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, Iniap, en Ecuador el aguacate fructifica todo el año con picos productivos en los meses de febrero y marzo y agosto y septiembre, mientras que en otros países el lapso de recolección es solo de 4 a 5 meses anuales.

Cuanto más investigaciones en el ámbito médico se realizan alrededor del aguacate, mayores bondades devela su consumo, ahora no solamente por sus innegables cualidades nutritivas dada su riqueza en vitaminas y minerales, sino que su contenido de lípidos benignos contribuye a superar dificultades cardiovasculares al reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en un 22 y 20 por ciento, según estudios publicados por la Biblioteca Nacional de Salud de los Estados Unidos. Adicionalmente, las perspectivas de su industrialización son ilimitadas.

Este alentador panorama llevó al Foro de Atracción de Inversiones “Invest Ecuador 2018”, del Ministerio de Comercio, a incluir un segmento que promueve la implantación de 2.000 hectáreas del aguacate hass de exportación, en módulos de 100 hectáreas, existiendo para el efecto estudios de factibilidad que demuestran el alto grado de rentabilidad, impulsado por los recientes estímulos tributarios que promueven la siembra, esperándose la reacción de los inversionistas nacionales y extranjeros para la ejecución de estos planes que aumentarían las fuentes ecuatorianas de empleo, incluyendo a la eficiente fruticultura familiar.

El mercado de los Estados Unidos es el más atractivo, las condiciones para su acceso son superables una vez que el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal, Aphis, ha propuesto inspecciones previas a su exportación, señal clara de que se permitirá el ingreso, lo cual se definirá en las próximas semanas, abriéndose un promisorio futuro para esta extraordinaria fruta, también apetecida en la Unión Europea, donde ingresará con ventajas arancelarias y buenos precios, beneficiando a todo el Ecuador. (O)