Ha sido muy trágico lo sucedido en la frontera Ecuador-Colombia hace dos meses con el equipo periodístico de diario El Comercio, siendo asesinado supuestamente por grupos irregulares disidentes de las FARC-EP. Sin embargo, tras este tema que mantiene todavía en vilo a nuestro país, sobre todo a esta provincia de Esmeraldas, pasaron muchos acontecimientos, los cuales han calado hondo y son de gran preocupación.

En primer lugar, surgen dudas respecto a cómo se llevaron a cabo las negociaciones para la liberación de los secuestrados. En entrevistas a personas peritas en este tema, se menciona que los grupos terroristas colombianos por lo general no matan a sus secuestrados sino hay factores que podrían precipitar tal evento: fugas, intentos armados de liberación. Ahora es también válido considerar un aspecto, mostrarse como grupos sanguinarios y así amedrentar a las autoridades, a civiles, militares y policías, de que ellos tienen poder y no ceden por nada. Estos dos escenarios deberían ser aclarados. Las familias de los tres ejecutados la merecen y nosotros también.

Hay un sabor amargo en Esmeraldas, en su frontera (Mataje...) en la cual siempre se supo la existencia de grupos armados fuera de la ley, organizados alrededor del negocio del tráfico de sustancias ilícitas, sobre todo de cocaína. Impera una desatención ingente con niveles de pobreza más extremos que en otros lares, e incluso en zonas periféricas de las grandes ciudades. Las oportunidades para aquellos que tienen tierras, en cuanto al cultivo de drogas y luego el envío de estas para ser comercializadas, es algo que suena bastante utópico. La concentración de los recursos y ni se diga la distribución equitativa, no se ha visto o por lo menos no en la cantidad de recursos que se espera para un sector tan vulnerable por su cercanía con Colombia y con sus grupos narcotraficantes que otrora fungían de revolucionarios, pero que esa etiqueta política, seamos sinceros, no existe. No hay oportunidades de desarrollo de microempresas y el emprendimiento no es del todo elevado. Muchas veces personas que son de otros sitios señalan a este sector norteño y fronterizo como de riesgo y ese estigma se mantiene hoy por hoy. En esta provincia funcionan un puerto comercial y pesquero, una refinería, y un aeropuerto con vuelos internacionales que generan recursos para el Estado ecuatoriano y las necesidades, sin embargo, no han sido del todo resueltas.

Es menester una política que junto a la de seguridad vaya de la mano a esquemas de educación, salud, emprendimiento comercial y capacitación técnica en cuanto al tratamiento de cultivos en esta tierra que es muy fértil. Si no se ejecutan estas acciones, consideremos que el dinero por vía fácil asociado a grupos armados, seguirá imperando.(O)

Luis Coello Kuon Yeng, médico internista, Esmeraldas