Me costó contener la emoción, una oleada de alegría que invadió mi corazón al abrir EL UNIVERSO del 8 de mayo del año que transcurre, y encontrarme con una cálida palmada en el hombro, que por metamorfosis había tomado forma de carta suscrita por la preclara librera y escritora de cuentos, guayaquileña, doña Margarita Barriga Pino de Baquerizo. Ella encomiaba con alentadoras palabras la humilde gestión cultural que estamos realizando en Guayaquil un grupo de jóvenes (con nuestros esfuerzos escribimos, imprimimos y vendemos libros en parques, calles, buses...), a la vez que nos instruía con consejos para optimizarla.

Y es que a ratos, el puerto de Guayaquil pareciera un yermo en el que difícilmente pudiera florecer la lectura en libros de papel, que según voces agoreras está condenada a la extinción frente al maremágnum tecnológico que nos toca enfrentar. Efectivamente, valiosas iniciativas sobre impulsar la lectura han quedado solo en eso, acaso la falta de recursos o material humano ahogaron tan importantes gestiones. Pero la persistencia tiene recompensa.

La pequeña simiente por el libro de papel nos está dando frutos regada por cartas como la que cito, que nos alientan a no desmayar y nos comprometen a seguir enfrentando molinos de viento, levantar conciencias para engrandecer el conocimiento con los libros que hacemos de literatura, poesía, etcétera; sumando cada día nuevos adeptos jóvenes. Ahora estamos en la campaña “La lectura marcha sobre ruedas”, y nos reunimos con autores noveles que no tienen recursos suficientes para publicar sus libros. Queremos que la savia cultural siga haciendo fuerte el árbol de escritores ecuatorianos y de lectores.

Consideramos que aunque la poesía a ratos parezca desmayar de olvido, siempre quedan amantes de tan bello arte, y a los jóvenes nos gusta la poesía.

Agradezco a la prensa y a Diario EL UNIVERSO, infatigable propulsor del desarrollo en el país y radar del sentir ecuatoriano y del sentir de los adolescentes y los jóvenes fanáticos de la lectura de libros que se imprimen en el papel.(O)

Juan Guillermo Loor Vergara, 25 años, Guayaquil