El pasado martes llegaron al país los marchistas que ubicaron a Ecuador en tercer lugar de la clasificación general del Campeonato Mundial de Marcha, en Taicang, China, con tres medallas de plata y 38 puntos, por debajo de China que quedó primero y de Japón, segundo.

Entre ellos arribó Glenda Morejón con doble medalla de plata (individual y por equipos) en los 10 km. La atleta juvenil que en junio del año pasado ganó, con unos zapatos rotos, la medalla de oro en el Mundial de Atletismo en Nairobi, en esta ocasión reveló que le entrega a su entrenador el 40% de lo que gana con las medallas, como reconocimiento a su esfuerzo y trabajo diario, pues el artífice de su formación no recibe sueldo por parte del Ministerio del Deporte ni de federación alguna.

Siguiendo los pasos de Jefferson Pérez –con quien se identifica por dificultades, sacrificios y perseverancia–, Morejón sueña con ganar una medalla olímpica, como el cuencano (oro en 1996 y plata en el 2008). Ella cree que ya es tiempo de que se forme un equipo multidisciplinario con médico, nutricionista y traumatólogo para ir a próximos torneos.

Inspiradoras historias como la de Pérez y Morejón con seguridad alientan a otros deportistas. Sería oportuno que calaran en quienes tienen la potestad de crear las condiciones para mejorar el rendimiento del deporte nacional. (O)