La evaluación psicosensométrica es un requisito para la obtención de la licencia tipo B, destinada para conductores no profesionales, y es también un requisito para la renovación del documento.

En Guayaquil, la prueba cuesta $ 20 y se rinde en las escuelas para choferes de este grupo, donde en algo más de 20 minutos se evalúa la concentración, reacción, visión y audición de los ciudadanos. Prácticamente el 100 % aprueba el test, según personal de estas escuelas, que reconoce que el evaluado puede repetir los ejercicios en caso de yerro.

El documento de aprobado es requerido por la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), que en Guayaquil tiene varias oficinas para el trámite, una de estas queda en el edificio de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), donde semanas atrás la Fiscalía cumplió con allanamientos en esas instalaciones y en locales externos, deteniendo a tramitadores e incluso a un funcionario, dentro de la desarticulación de una red que entregaba licencias de forma fraudulenta, entre otras anomalías.

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Pese al control, la mañana del miércoles 25 no faltaban tramitadores que ofrecían el papel de aprobado sin ser evaluado, a cambio de $ 30 o $ 40. Además hay que pagar $ 68 a la ANT por la licencia y responder 20 preguntas sobre tránsito y esto incluye legislación y mecánica básica. En resumen, así el ciudadano obtiene el documento.

En medio de la investigación por la supuesta entrega fraudulenta de 15.970 licencias entre el 1 de diciembre de 2017 y el 31 de enero de 2018, incluidas 8.572 tipo B (según auditoría de la ANT), y cuando autoridades impulsan un proceso de evaluación de choferes profesionales, ante la siniestralidad en carreteras del país, organismos como Justicia Vial y Fundación Cavat (de asistencia a víctimas de accidentes de tránsito) piden sistemas de evaluación más rigurosos y para ello trabajan con la ANT y la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales (Setec).

Guillermo Abad, director de Justicial Vial, cree que es un error que la escuela que capacita también evalúe al alumno. Menciona que plantearon una reforma a la Ley de Tránsito para que la Setec u otro ente de cualificación profesional se encargue de ello. Y sostiene que hay equipos más tecnificados, que en Colombia, Chile, Argentina y Brasil utilizan simuladores y ya no el equipo de evaluación psicosensométrica.

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Soraya Herrera, presidenta de la Fundación Cavat, creada en el 2007 luego de la muerte por atropellamiento de su hija, comenta que trabajan en un diseño curricular que permita capacitar a choferes de manera diferenciada, respecto a la edad, instrucción académica, entre otros aspectos.

Opina que las pruebas hoy son “bastante flojas y básicas”.

Iván Zambrano, consultor en temas de tránsito, señala que si bien las evaluaciones podrían ser más rigurosas, hay que considerar también la corresponsabilidad ciudadana. “Puedo estar muy calificado, pero si un día decido beber, estar apurado, pasarme las señales de tránsito...”, comenta respecto a una actitud no responsable.

Refiere que también las preguntas deberían replantearse ya que, por ejemplo, considera que hay señales escasamente utilizadas en nuestro medio. “No digo que el cruce de ganado no sea importante”, dice.

Soraya Herrera: Trabajar más en los conocimientos
Soraya Herrera preside la Fundación Cavat. “Está demostrado que la falta de conocimiento de conductores es un gran problema, y como se eliminó el curso, la obligatoriedad de ir a las escuelas para choferes no profesionales, entonces, le comento, mi hijo ya no quiso ir, se pegó una leída, estudió, eso no es suficiente.

Un vehículo mal utilizado es un arma de matar. Si usted maneja como quiere, puede usted ser el causante de muerte.

Falta trabajar más en los conocimientos. En otros países los conductores profesionales hacen meses de curso”.

Guillermo Abad: Planteamos una reforma a la ley
Guillermo Abad dirige Justicia Vial. “Planteamos una reforma a la Ley de Tránsito para que sea la Setec u otro organismo estatal de cualificación profesional la que se encargue de la evaluación.

A través de perfiles, con base en competencias, se pueda determinar parámetros de evaluación, sean teóricos, psicosensométricos, psicológicos y prácticos, que la prueba se la haga en un simulador, que permite evaluar destrezas en posibles escenarios de emergencia. Ahí es cuando realmente se puede ver cómo reaccionan las personas”.

Iván Zambrano: Corresponsabilidad del ciudadano
Iván Zambrano es consultor en temas de tránsito. “La psicosensométrica no es la única prueba que se toma, está la escrita y tiene que ver con legislación de tránsito, situaciones al manejar y mecánica básica, porque tiene que haber un conocimiento (...). Creo que debería haber más rigurosidad, primero que la prueba teórica involucre más normativa de ley, mecánica básica y más circunstancias. He visto preguntas de señalética que es muy escasa cuando hay cosas más habituales. Creo que debemos incrementar esa base de datos”. (I)