Aplaudo la posición de la vicealcaldesa de Guayaquil frente a ciertos atropellos que ha venido cometiendo la Agencia de Tránsito Municipal, ATM, deslegitimando su razón de ser y volviendo a los mismos vicios, que sirvieron de base para asumir las competencias del tránsito.

Lo mencionado por la vicealcaldesa refleja una realidad que hace daño a la administración municipal, lo cual puede ser testimoniado por ciudadanos que podemos dar fe de que la ATM es una entidad recaudadora, dejando a un segundo plano la actividad de concienciar a la ciudadanía. La entidad trata de echarle la culpa a quienes hicieron las leyes, a efecto de no asumir su responsabilidad, ya que el problema está en la discrecionalidad o subjetividad con que se las aplica, evidenciando simplemente un afán recaudador, presuntamente para poder solventar cargas burocráticas.

Se pueden mencionar algunos problemas: recibir por correo la notificación de la multa uno o dos días antes de que se cumpla el plazo para poder impugnarla; en ciertos casos aparece explícita la razón de la multa, léase “doble columna”, “exceso de velocidad”, etcétera, o simplemente dice “excedió la velocidad moderada”, entre otras subjetividades. Luego de la notificación, se inicia un “bombardeo” de correos electrónicos diarios y llamadas telefónicas automáticas, “martillando” por el pago inmediato de la multa; y a esto, la ATM llama concientización, cuando se nota propósito recaudador, olvidándose que uno de sus objetivos debía ser disuadir a la población del cometimiento de las infracciones de tránsito. Todo emprendimiento por una causa noble y justa tendrá siempre asidero.(O)

Jacinto Rivero Solórzano, ingeniero civil, Guayaquil