La elección por parte de la Asamblea Nacional cubana de Miguel Díaz-Canel como presidente tanto del Consejo de Estado como de Ministros, fue recibida por la prensa internacional como el relevo de los Castro en el poder, luego de 60 años de ejercerlo.

No hay tal. Es una exageración. Raúl saca un pie del poder, pero el otro recién lo levantará en 2021, cuando tendrá 89 años.

El sistema político de Cuba sigue el molde de aquel de la desaparecida Unión Soviética, con ciertas reformas adoptadas del modelo chino. Se parte de la elección por parte de la Asamblea Nacional de un Presidente del Consejo de Estado, que representa al Estado en grandes ceremonias, como es el caso también en Italia y Alemania; en los países de monarquía constitucional, destaquemos Gran Bretaña y España, este papel lo desempeña el monarca. Por ejemplo, Felipe VI representa a España en la posesión de presidentes hispanoamericanos.

En los países de sistema parlamentario, el cargo más importante es de jefe de Gobierno. En Alemania, Gran Bretaña e Italia, se llama primer ministro. En España, se llama presidente del Gobierno. En Cuba, presidente del Consejo de Ministros, dignidad que recae en el presidente del Consejo de Estado. Los cargos están unificados y ambos los detenta Díaz-Canel desde abril 19.

Pero en un régimen comunista el cargo más importante es el de Primer Secretario (o Secretario General) del Partido Comunista. Ese cargo lo ejerce Raúl Castro desde 2011, cuando Fidel renunció por problemas de salud.

Lo que Raúl cede es la responsabilidad del día a día del gobierno, y la representación del país en actos relevantes. Pero sigue manejando el aparato del partido que a su vez controla todas las instancias del poder. Es significativo que Díaz-Canel anunció que ratifica a todo el gabinete dejado por Raúl.

Una innovación adoptada de la China es que el primer secretario del Partido Comunista es electo para dos periodos sucesivos de 5 años, y que luego deja el poder. En 2021 Raúl cumplirá 10 años en el cargo, y ya anunció que lo reemplazará Díaz-Canel. Por lo que recién en 2021, y hasta 2031, Díaz-Canel tendrá todos los poderes.

Raúl también advirtió que en 2031 Díaz-Canel dejaría el cargo para dedicarse a los nietos o bisnietos. Pero eso es adelantarse mucho. Si Raúl se decepciona, podría disponer que la Asamblea, que responde al Partido Comunista, reemplace a Díaz-Canel. O en 2031, con Raúl ya fallecido o senil, Díaz-Canel puede buscar perennizarse en el poder.

Por todo lo anterior, no es de esperar que la línea de Raúl cambie drásticamente. Raúl ha sido consistente en su política de introducir cambios “sin prisa, pero sin pausa”: permitir que actividades no estratégicas, como comederos y taxis, pasen al sector privado, a la vez que se permite un lento incremento de la inversión extranjera esencialmente en el turismo, para que atraiga divisas.

El mayor desafío de Díaz-Camel es conseguir otro país que subsidie a Cuba, en reemplazo de Venezuela, que está en soletas. Pekín y Hanoi, en cambio, urgen a Cuba que abra la economía con más prisa, como hicieron ellos, con excelente resultado. (O)