Es histórico el relevo en la gobernabilidad de Cuba luego de casi 60 años de la dictadura Castro. Ayer, Miguel Díaz-Canel Bermúdez fue elegido por la Asamblea Nacional como nuevo presidente de Cuba y sucesor de Raúl Castro.

Díaz-Canel se ha mantenido fiel a los postulados del Partido Comunista desde 1989. Su ascenso “no ha sido fruto del apresuramiento ni del azar”, admitió Castro, dejando en claro que se lo estaba preparando para que gobierne la isla. Sin embargo, el nuevo presidente solo podrá tener el control del Partido Comunista en el año 2021, una vez que Castro termine su mandato como secretario.

En su discurso de posesión dijo que su predecesor “encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación”. Según el gobernante saliente, Díaz-Canel deberá asumir el proceso de reforma constitucional que él no pudo completar, pero que no contempla cambios en los objetivos estratégicos del país.

Díaz-Canel enfrenta escenarios cambiantes en la región y la hostilidad de la era Trump, entre otros desafíos. Habrá que ver si este hijo de la revolución ha tenido cabida para ideas propias o dará continuidad al proceso; de esa disyuntiva podría depender un mejor futuro para su pueblo. (O)