Tenemos hechos fatídicos, familias perdieron seres queridos asesinados por guerrilleros.

Es lamentable oír por medios de comunicación que estos viles crímenes servirán para tomar cartas sobre el asunto. Se supone que la seguridad es un derecho que tenemos todos los ciudadanos del Estado. Compatriotas inocentes (tres colaboradores de un periódico y cuatro policías) murieron injustamente por cumplir con sus trabajos. Seamos más misericordiosos, nadie pide que todos llevemos luto, pero demos muestras de condolencias haciendo oraciones para pedir por estos compatriotas que de una manera brutal les arrebataron sus vidas. No podemos ser insensibles o ignorar lo que pasó y está pasando a nuestro alrededor en nuestro país.(O)

Gabriela Ramírez Potes, 23 años, Guayaquil