La palabra estrategia es quizás una de las más usadas en todos los campos, desde el fútbol hasta la política, pasando por los negocios. Y es también una de las palabras menos entendidas en toda su real dimensión. Aprovechando que el presidente anunció recientemente su estrategia para el país con el nombre de Programa Económico de Estabilización Fiscal y Reactivación Productiva, bien podríamos aclarar el concepto de estrategia y contrastar ciertos elementos con lo expresado por él para así hacer una mejor lectura de los anuncios realizados.

Henry Mintzberg, quizás el autor más destacado en relación a este concepto, señaló que hay cinco dimensiones que le dan forma. Una estrategia es un plan, una posición, una perspectiva, un patrón de comportamiento y por último, un propósito a lograr. Una estrategia contundente comprende estas cinco dimensiones, todas conectadas entre sí.

Primero, la estrategia son planes y medidas que aterrizan las intenciones, que dan la profundidad y alcance de los cambios planteados. Los planes tienen diferentes estilos: generales vs. detallados, radicales vs. graduales, amplios o focalizados.

Segundo, la estrategia es la posición que ocupa la organización en el mercado, lo que la vuelve única en relación a sus similares. Y también es la realización de fuerza entre la organización y su entorno. En algunos casos la estrategia privilegia el diálogo y la colaboración. En el otro extremo, la estrategia privilegia la rigidez y el poder.

Tercero, la estrategia como perspectiva es la forma de concebir el papel de la organización en el mundo y cómo va a crecer. En algunos casos esta refleja una visión personal de un solo líder y en otros es el resultado de la visión colectiva de todos. En ocasiones es pragmática y en otras es ideológica.

Cuarto, la estrategia es un patrón de comportamiento, una conducta. Cuando los estrategas se toman en serio la estrategia observamos un proceder coherente en el tiempo.

Quinto, un propósito por alcanzar que justifica el esfuerzo. Una buena estrategia es aquella pauta que marca de manera clara y contundente una ruta, un camino y un norte.

Anticipación, Adaptación y Acción. son tres beneficios que obtiene toda organización que tiene una robusta estrategia. Anticipación para ir más allá de las circunstancias y actuar con base en una visión. Adaptación para reaccionar rápidamente ante las nuevas realidades y acción para hacer que las cosas pasen porque uno quiere que pasen. En el caso de nuestro país, necesitamos que esos beneficios se empiecen a dar, con la estrategia presentada.

Es indudable que hay mucho por hacer y lamentablemente hay sectores que salen afectados como son los importadores, lo rescatable es que hoy se empieza a conocer de manera explícita qué quiere y para dónde va Moreno. Los planes detallados habrá que construirlos, las medidas habrá que ajustarlas con el concurso de todos para favorecer a quienes realmente crean riqueza en el Ecuador. El propósito está reflejado en el nombre: Estabilización Fiscal y Reactivación Productiva. Es un primer paso hacia un cambio en la visión de tener al Estado como centro del crecimiento económico, a tener al sector privado como el nuevo motor, es una propuesta que habrá que concretar lo antes posible.(O)