En 2019 tendremos elecciones de autoridades para diversas funciones. En los cantones ya se habla de alianzas. Hay autoridades dispuestas a ‘seguir sacrificándose por la comunidad’. Nada ha cambiado. Los pretextos y métodos son los mismos. Ecuador está anclado en un historial de ambiciones y promesas incumplidas, de farsas y componendas. La patria es una entelequia. Una chequera inflada alienta y dirime. Herencia de la década malgastada son la sinvergüencería, el desparpajo y la rapacidad elevadas al rango de indispensables cartas de presentación. El yerro de ayer es el galardón de hoy. El descaro es requisito para triunfar.

¿Elecciones o abordajes? Cuando un grupo o partido político tercia en elecciones, lo hace para ganar y cumplir con sus ofertas. Cuando ciertos agentes políticos abordan un municipio, una prefectura, etcétera, lo hacen para adueñarse de sus recursos y del poder a fin de apalancar a sus secuaces. El Halcón del mar, La isla del tesoro o Piratas del Caribe visualizan el significado de abordaje. Durante los últimos diez años Ecuador fue abordado no por un pirata únicamente, sino por algunas decenas que memorizaron un credo redentor, indispensable alucinógeno para hacerse de los bienes del pueblo en forma organizada, a la luz del día, con aplomo y sin sonrojos, con ‘la ley en la mano’, ‘de buena fe’; además, para permitirles deambular públicamente sin sonrojos ni temores.

Lo que resta del 2018 desearía que sea un espacio fértil para que cada uno de nosotros, ciudadanos de a pie, hagamos nuestra rendición de cuentas frente al Tricolor Nacional respondiendo esta pregunta: ¿nos importa Ecuador, su presente y su futuro?

Saber qué pasa en Ecuador y procesar esa información es elemental. Me temo que más de la mitad de ecuatorianos no lo sabe, no tiene tiempo para hacerlo o no le interesa. Una campaña promocional para llenar esta carencia es indispensable. Tengo el privilegio de contar con la información de El Comercio, Expreso, El Telégrafo, El Mercurio, El País de España y naturalmente EL UNIVERSO. Estar informado es vital. Me gusta saber en qué mundo amanecí. ¿Tiene nuestro pueblo los medios y el tiempo para hacerlo?

La presencia de la Revolución Ciudadana en Ecuador fue y es lo más funesto que nos pudo suceder. No es un prejuicio, es la constatación de lo que ya conocemos y de aquello que presumimos nos condujo a convertirnos en un país cuasi en bancarrota. Un número importante de nuestra población fue dopado con promesas falsas; este embrujo de la sociedad, perversamente concebido y ejecutado, rompió la unidad nacional.

Pienso que es indispensable juzgar los avatares de nuestra política con la mente bien informada y libre de afectos o desafectos. Desde esta columna, durante la década malgastada al igual que ahora, he sido muy claro sobre lo que pienso respecto al Ecuador de hoy. Cuando faltan semanas para que se cumpla el primer año del nuevo gobierno el dilema inicial persiste: ‘LMG es un supino farsante o decidió hacer historia’. No encuentro –hasta hoy– indicios relevantes de lo segundo.

“Si quieres la paz, prepara la guerra”, Flavio Vegecio Renato.(O)