Al salir de una reunión con el presidente Moreno, el presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social transitorio expresó que había habido coincidencia en los objetivos de lucha contra la corrupción y agregó: “Nos ha informado que ya tiene adelantadas las gestiones para obtener la asistencia de las Naciones Unidas, especialmente, para que nos ayude en la evaluación”. Es una buena noticia y podrá ser mejor el día en que se nos informe que también cooperarán en la lucha contra la corrupción, como en Guatemala.

En ese país se organizó la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), que ha dado ya muy buenos resultados. La propuesta obtuvo dictamen favorable de la Corte de Constitucionalidad, luego fue aprobada por el Congreso y se constituyó mediante la firma de un tratado entre las Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala. Funciona con la legislación guatemalteca, en las cortes guatemaltecas y usando el procedimiento penal de Guatemala. No se trata, pues, de una intervención extranjera que vulneraría nuestra soberanía.

Cierto es que lo mejor sería que no la necesitáramos, pero ¿podríamos confiar en los resultados si, precisamente, las altas autoridades están siendo cuestionadas? (O)