Leo las noticias políticas nacionales y solo pienso en Hércules luchando contra la Hidra de Lerna. Recordemos que matarla era parte de los trabajos que le fueron encomendados de cumplir por el rey Euristeo, pero este monstruo marino tenía la particularidad de que cada vez que le cortaban una cabeza, nacían dos, y esta parece descripción de la actual situación política en Ecuador.

Es público que nos hallamos inmersos en una vorágine de hechos bochornosos. Pasamos de unos audios terribles, preocupantes por su tono mafioso, fondo y forma de la conversación, los personajes y todo lo que representan, lo dicho explícitamente y aquello que quedó implícito, para después observar con vergüenza ajena la filtración de fotos privadas de otro funcionario, al más puro estilo de cortina de humo, que ya es un clásico en nuestra actividad política, y así estamos, un escándalo acallando el anterior.

Pero ¿olvidaron que las autoridades deben ser ejemplo? ¿Desconocen que hay una juventud que está mirando? Temo que las siguientes generaciones inoculen la idea de que la corrupción es parte de la vida cotidiana en la política. He leído en redes sociales la frase “¡Que se vayan todos!”, pero señores, eso ya pasó y los que vinieron fueron peores. Me parece que quien comete una falta debe rendir cuentas sobre sus actos y recibir el castigo pertinente. Los autores de los audios deben dar explicaciones para luego, de ser el caso, ser cesados o procesados, pero no pueden ser despedidos sin más. La inteligencia emocional es imperativa, no deben tomarse decisiones con el hígado en momentos de euforia, peor aún acusarse de “pactar” si no se apoya cada grito de guerra. La Asamblea debe dejar de ser un lugar donde se sacan extraordinarias fotos para Instagram y convertirse en el lugar donde se legisla y se sirve la voluntad del pueblo.

Retomando a Hércules contra la Hidra de Lerna, este logró la victoria poniendo un paño encendido en los muñones para chamuscar al animal y lograr detener el nacimiento de más cabezas, ojalá encuentren ese “fuego” en la Asamblea, para poder quemar la corrupción que se reproduce con una sorprendente rapidez. Además, como dijo John F. Kennedy: “Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. El pueblo no es tonto. El velo se cayó y el miedo se perdió en el camino hacia un Ecuador democrático que busca su progreso en libertad.

Por consiguiente, celebro que se haya escuchado al pueblo conformando el Consejo de Participación transitorio. Hay comentarios a favor y en contra de sus integrantes, todos válidos y respetables, pero creo que sus miembros tienen la responsabilidad y desafío histórico de desbaratar el andamiaje de corruptela que dejaron sus antecesores

Finalmente, dejemos de limitarnos a criticar todo por redes sociales, donde aparentemente hay gente muy buena para teclear o borrar comentarios dependiendo de la conveniencia, y estemos atentos para que quienes cometen faltas cumplan el debido proceso. Aprendamos a respetar el orden, seamos ejemplo para las siguientes generaciones. (O)