La codicia es la raíz de muchos males, la causa principal de la corrupción y la fuente de envidias, pleitos y recelos.

El dinero, que debería estar al servicio del bien y de la solidaridad, puede someternos en una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz, dijo el papa Francisco.

El mensaje para la Cuaresma supone un trallazo a la cultura que idolatra el dinero en lugar de convertirlo en instrumento para ejercer la solidaridad. (O)

Lluis Esquena Romaguera, Girona, España