Después del proceso eleccionario del domingo 4 de febrero de 2018, ya se están elaborando las listas de los posibles integrantes a ocupar las vacantes del Consejo de Participación Ciudadana, particularmente, los que tienen relación con correístas, cuya herencia dejada al país representa una profunda pobreza, fruto del despilfarro salvaje y de la inmoralidad en el manejo de la cosa pública.

Nos damos cuenta a quiénes están barajando para que integren las curules que dejan sus antecesores. La nominación se debe dar desde la Presidencia de la República, para ese paso es necesario un escogimiento muy exhaustivo, comenzando por la trayectoria del prospecto, y no tener candidatos que califiquen “100 sobre 100” con las consecuencias que todos conocemos. No es tan difícil hacer las nominaciones porque ya se conoce la calidad de una de las listas que tiene una calidad humana demostrada en su trayectoria. Para hacer las nominaciones deben dejar las banderías políticas, porque de la experiencia vivida en los últimos 10 años, debemos haber aprendido de lo que se dice y lo que se hace, que cierta izquierda no es tal sino un grupo que trata de imponer modalidades extremas, como un exagerado número de personal en las entidades públicas; grupos que se dicen de izquierda no son tal. Al país se lo debe levantar con fuentes de trabajo, creando industrias como la de la construcción. Los sectores promovidos por la anterior administración cuyo afán es mantener el estatus con el que estaban cobijados, aparentan ser un nuevo Gobierno cuya pretensión es apoyar al mandatario anterior, abultando el gasto público; por lo que es necesario haber aprendido lo que hasta hoy lo estamos viendo en la pobreza que representa un gobierno, como el de Correa, donde la corrupción campea fruto del descalabro económico en que nos dejó, donde el dinero desapareció, para que el país se vaya al despeñadero.

Debemos haber aprendido que la locuacidad de una persona que aparece como redentor, no es quien nos va a llevar al cielo, sino a la pobreza. Es necesario que hayamos aprendido lo que aparentan ser estas personas que conducirán a un estado de postración, como el de Venezuela donde la gente se come la basura porque no hay trabajo, y la riqueza del suelo ha desaparecido, fruto de lo realizado por redentores como Correa y Maduro. La situación económica en la que se encuentra el país es calamitosa, para poner un ejemplo, solo el Seguro Social tiene un déficit de caja que las autoridades del Gobierno no la han dejado saber. El país tiene un soporte basado en los bonos de desarrollo que se emiten ante entidades crediticias internacionales para hacer frente a los gastos de la administración, porque en la administración pública actual hay mucha gente del gobierno correísta, y el presidente Moreno aún las mantiene ahí. La reestructuración del Consejo de Participación es solo el principio de todo lo hay que hacer en el país.(O)

Roberto Enrique Arce Moreno,
abogado, Guayaquil