El término de una etapa de vida política y el inicio de una nueva no deben diluirse en crítica meramente negativa. Exigen examinar los aspectos positivos y negativos, las causas y consecuencias de la realidad. Examinar las corresponsabilidades de gobernantes y gobernados. Todos podemos y debemos intervenir, para que “la historia no se repita”. Es ocasión para recoger lecciones en frases de la sabiduría popular y en acciones cívicas.

1) Frases como “Vivir al sol que nace”, “Interés cuanto valés”, “No hay amor que dure mucho…” desnudan el desinterés por el invocado y no servido bien común; expresan la falta de principios morales, que orienten nuestra conducta.

2) En el inicio del ministerio de un nuevo papa se quemaba incienso; mientras este se desvanecía, se le advertía al pontífice: “Así pasa la gloria del mundo”.

3) La entrega del poder por parte de presidentes no protegidos por un cuerpo pretoriano enseña que la “majestad del poder” no se desvanece en quienes lo han ejercitado con modestia.

4) Los incidentes contra el expresidente Rafael Correa, protagonizados por propia iniciativa, o por mandato, señalan la debilidad de la prepotencia.

5) La actitud de colaboradores lejanos y cercanos, que actuaron soberbiamente con los ciudadanos, ovejunamente con el jefe, por fuerza de intereses inconfesables, o por debilidad personal. Esa actitud los hace cómplices o colaboradores descastados.

En espera de que expertos orienten desde la renovada realidad a un futuro cercano, es posible señalar los elementos constitutivos del país de todos, que todos con un aporte específico tenemos que rehacer:

-Arrancar de raíz el peor legado, la división entre conciudadanos. La división no es nueva; pero sí el ahondamiento de la misma, propio del libreto, que nos hubiera destruido, como a Venezuela.

-Organizar una sociedad equitativa, creadora, libre, estable, fundada en derechos y proporcionados deberes.

Una sociedad en la que no se manoseen Constitución y leyes.

En tal sociedad es más fácil al jefe servir sensatamente, sin pretender comenzar de cero.

Somos, por acción u omisión, corresponsables del acercamiento de Ecuador a un paraíso de autócratas y a un purgatorio de marginados. Se dejó a Ecuador en manos de pocos, unos capaces, otros incapaces, descubiertos como voraces.

-Mirar con alegría lo positivo, las azucenas que se han sembrado, entre ellas, el pequeño acercamiento entre pobres y ricos, las infraestructuras varias. Debemos cultivar todas las azucenas:

-Restablecer la independencia de las funciones del Estado. Así se dificultará la corrupción dentro y fuera del campo económico. (¡Tantas manos sucias!).

-Restablecer, aceptando la necesidad de afrontar abusos, la independencia de los medios de comunicación. El informar solo lo que gobernantes llaman “verdad” es medio eficaz para infantilizar a los ciudadanos.

-Restablecer una educación integral fundada en valores. La formación moral, creativa y corresponsable no es sustituible por el temor y la represión.

-Fundar en valores la reorganización de la sociedad. En una sociedad fundada en valores un jefe es más fácilmente sensato servidor. Espero que el nuevo servidor actúe sensatamente, que corrija, sin pretender comenzar de cero. (O)