Implantar una cultura de cuidado, amor y respeto por estos lugares, para que el público valore lo que el gobierno seccional asigna para sostener bien presentados los parques de nuestra ciudad que siempre invitarán a la paz, al descanso o a la recreación momentánea de niños, adultos y personas de la tercera edad. Es labor de todos los ciudadanos colaborar en el mantenimiento en cuanto a la limpieza (no tirar desperdicios) y no dañar lo que embellece la ciudad y sirve de referencia a propios y extraños, como un destino de recreación o distracción, que estamos en la obligación de proteger, respetar y hacer respetar. Guayaquil, la Perla del Pacífico, merece tener una excelente imagen y qué mejor que reabrir estos lugares para beneplácito de todos los ecuatorianos.(O)
Tener servicio de guardianía, no permitir el ingreso a drogadictos, borrachos, vagos, brujos, vándalos, vendedores ambulantes que instalan fogones, ni a nadie que interrumpa la paz de las personas que van a observar la naturaleza a estos sitios. Los parques son para recrear los ojos, la mente, y no para que la gente inescrupulosa los convierta en baños públicos, en dormitorios, en comedores, en ferias informales, en basureros, en refugios para ir a beber y drogarse, o para abusar del público ingenuo que paga a avivatos que dan a beber pócimas y dan masajes para obtener salud y suerte. Esto no se debe permitir de ninguna manera.(O)
Poner horarios de apertura y de cierres, vigilancia policial. Sancionar con multas, cárcel y trabajos comunitarios a las personas que roben en los parques, dañen o se sustraigan animales y plantas, y materiales de la regeneración urbana de los parques. Debe enseñarse al público a respetar estos patrimonios de la ciudad; a los niños y jóvenes en las escuelas y los colegios tienen que culturizarlos llevándolos a los jardines, espacios verdes y parques de Guayaquil para enseñarles a que disfruten sin dañarlos. El quemeimportismo también es negativo, muchas veces vemos que las personas botan basura, hacen sus necesidades en estos lugares o llevan a sus perros y gatos, destruyen los árboles, las bancas, etcétera, y no decimos nada ni los denunciamos con la policía, aunque ningún parque que he visto tiene policías.(O)