A propósito de los DECE (Departamento de Consejería Estudiantil) implementados en gestión del ministro de Educación del anterior gobierno, Augusto Espinosa, y cuya función es el bienestar, en todos los aspectos, de los estudiantes; creo que después de los abusos sucedidos en algunas instituciones educativas del país, se ha hecho evidente su ineptitud para haber prevenido lamentables sucesos.

Es evidente también que este y otros entes creados en el correísmo eran y son usados como instrumentos de persecución y acoso a maestros, dejando de lado las loables funciones por las cuales fueron creados. Estos entes deben ser reevaluados, pues han fallado en la protección de los niños y jóvenes. Aunque la norma dice que los profesionales de estos departamentos pueden ser “cualquier profesional en psicología”, deberían ser psicólogos educativos, para con los maestros buscar solución a los problemas.(O)

Cristóbal Colón Gualancañay, ingeniero civil, Guayaquil