Según consta en el presupuesto del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), este año la entidad desinvertirá alrededor de 2.000 millones de dólares y los utilizará para cubrir gastos de prestaciones de pensiones y auxilio por funerales. El resto se destinará para cubrir gastos de salud y otras prestaciones. Hay que anotar que el Estado tiene una deuda con el fondo de salud que supera los 2.800 millones de dólares.

Para egresos por las prestaciones se necesitan 4.011 millones, mientras que los ingresos por aportaciones de los afiliados solo llegan a 2.138,8 millones. La diferencia se cubrirá con los ahorros del fondo de pensiones.

Pero desinvertir lo que se había logrado ahorrar, y que es la base que garantiza las pensiones futuras, es grave y pone en riesgo el pago a jubilados en un plazo relativamente próximo.

Ante estos análisis, el IESS ha emitido un comunicado en el que desmiente esa posibilidad y afirma: “Tenemos el tiempo adecuado, que nos permita alargar la vida del fondo”. Sin embargo, lo deseable, para tranquilidad de todos, es que se realice un cálculo actuarial de todos los fondos y una auditoría externa, cuyos resultados podamos conocer los afiliados y permitan tomar las medidas adecuadas. (O)