El Congreso peruano no aprobó la destitución del presidente Pedro Pablo Kuczynski “por permanente incapacidad moral” que había planteado la oposición, al conocerse los vínculos de una de sus empresas y la constructora Odebrecht.

El mandatario se defendió explicando que desde que realiza actividades políticas no manejó sus empresas y desconocía cualquier negociación o hecho ilícito. Se necesitaban 87 votos para que se declare su vacancia, pero solo votaron a favor 79 legisladores.

Los analistas consideran que el fantasma del fujimorismo, siempre presente y considerado, con razón, un peligro para la democracia, fue determinante en el resultado de la votación.

Ahora Kuczynski gobernará con el riesgo de que en las investigaciones surjan nuevas evidencias y con la necesidad de buscar apoyo político para su gestión, pues si bien consiguió evitar la vacancia, su gobierno ha quedado debilitado.

Políticos y analistas peruanos piensan que se ha salvado un escollo, pero que hará falta tomar medidas urgentes para afianzar la democracia. (O)