Solo de enero a octubre de este año murieron 316 personas por exceso de velocidad, por esta misma causa en el año anterior fallecieron 216.

Se pensó que las multas, que han generado ya casi 81 millones de dólares, contribuirían a bajar los siniestros por esta causa, pero como lo demuestra el informe periodístico que publicamos hoy, no ha sido así. Solo en Guayaquil entre enero y el 13 de noviembre de este año se han emitido 172.360 multas.

Algunos infractores se quejan de que los límites de velocidad son arbitrarios, sin embargo, las autoridades explican que se establecen con parámetros universales que responden a un estudio técnico y pensando en la seguridad del peatón.

Los números dejan claro que la multa no ha sido suficiente para conseguir que se conduzca a las velocidades establecidas. Hay que trabajar mucho en educación vial para que las normas se respeten y la seguridad de los ciudadanos esté garantizada, aunque no haya control externo. Es necesario despertar el sentido de responsabilidad de los conductores que arriesgan su propia vida y la de los demás, sin ello no se logrará la disminución y ojalá erradicación de pérdidas de vidas por irresponsabilidad al conducir. (O)