Es lamentable y vergonzoso tener que vivir en sociedades donde leyes protegen más a minoría de sujetos que incumplen y están interesados en lograr que se hagan nuevas leyes o reformas, buscando mayor impunidad o muy leves sanciones por sus actos delictivos.

La ley de comunicación debe dejar de obligar a los medios tapar los rostros de los delincuentes y más bien mostrarlos claramente para que los ecuatorianos honestos no seamos futuras víctimas de estos sujetos; dejar que la prensa pueda publicar los nombres completos y no utilizar el famoso “nombre protegido”, el “presunto culpable”... ; eso solo sirve para ocultar realidades.

Los arranchadores, accesoristas... viven entrando y saliendo de la cárcel, y continúan delinquiendo porque las cárceles no son reformatorios de nada. Lo que deberían hacer es dejarlos presos por lo menos tres años para que sientan algo de temor de volver a caer en prisión y de incurrir en las penas o sanciones que deberán ser progresivas.

Los delincuentes agresivos, que golpean, hieren, amenazan con algún tipo de arma, insultan hasta más no poder, también deben ser sancionados con mayor severidad y permanecer presos por lo menos siete u ocho años y de reincidir, su sanción será también progresiva.

Los asesinos y los violadores por las atrocidades cometidas contra muchos de nuestros niños deben pagar con cadena perpetua porque sus demencias no creo que podrán ser ni curadas ni controladas; recordemos que sus víctimas difícilmente superan los traumas y que las personas a las que matan no vuelven a tener ninguna oportunidad.

Los que aceptan, asumen, la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir la ley, deben proponer cambios radicales para buscar mejoramientos en el país; reflexionen cómo actuarían si los afectados fuesen sus hijos, padres, hermanos... Es increíble que se escuche a los ciudadano que con fuerza gritamos por tener un país en paz, en el que podamos vivir confiando en nuestras leyes y en sus aplicaciones. Por favor si no pueden hacer cambios radicales, dejen que otros los hagan bien.(O)

Alfredo Zunino González, Guayaquil