Es imposible alcanzar una liberación total de los mercados para los productos agrícolas de exportación, en especial para los perecibles, competir en escenarios límpidos no empañados por ningún tipo de barrera, es una quimera, siempre persistirán obstáculos arancelarios, con desgravación cronológica o no, cupos, subsidios directos o camuflados, culminando con las cortapisas fitosanitarias aplicadas en la práctica de manera arbitraria, por más acuerdo de libre comercio que rija. Se agrega la manipulación de grandes corporaciones que controlan buena proporción del negocio. Para la Unión Europea es una necesidad proteger su agricultura y la de sus antiguas colonias, especialmente su actividad bananera que sin amparos, desaparecería arrasada en calidad y precio por la fruta latinoamericana.

Esa es la razón del mecanismo de estabilización para el banano, que ya existía para los países centroamericanos, luego para Colombia y Perú, aceptarlo fue una condición inexcusable para la ratificación del protocolo comercial con Ecuador. Se establece para el país un volumen anual creciente de “activación de importación” de 1’801.788 toneladas, con 75 euros por cada una, en el 2017, con ascenso anual hasta 1’957.500 en el 2020 y tributos de 75 euros; de superarse esos volúmenes, se suspenderían las ventajas arancelarias; aspirándose a que se acate el previsto libre ingreso en cantidad, desde ese año. Pero ocurre que los eurodiputados españoles consideraron insuficiente esa protección y lograron una modificación de última hora, formalizada en el Reglamento (UE) 2017/540 de 15 de marzo de 2017, disponiendo que al llegar las exportaciones de la fruta al 80% del tope señalado, se activará una alerta temprana que concluirá en un informe de la Comisión al Parlamento y al Consejo, con justificativos para la suspensión temporal o continuación de los beneficios tributarios.

El procedimiento ya fue aplicado respecto de las exportaciones bananeras de Nicaragua, Guatemala y Perú, que superaron el cupo de activación original en el 2016; sin embargo, se concluyó que las cifras adicionales de esos tres países no provocaron deterioro en la estabilidad del mercado bananero europeo, ni a los precios internos. Aun así, los productores canarios, incansables vigilantes del cumplimiento de los cupos, han denunciado reiteradas violaciones en el primer semestre de este año, que han creado dificultades para la colocación de su banano en el mercado comunitario.

Las autoridades ecuatorianas, encargadas de la supervisión del cumplimiento del convenio, en unidad de acto con productores y exportadores, deben preservar los límites asignados al país y vigilar lo que acontece con otros estados latinoamericanos cobijados por igual protección, sin excepción alguna de volumen, por pequeño que sea, pues crearía pésimo precedente al que acudirían grandes competidores con ventajas de situación geográfica, para intensificar sus ventas y trastocar el mercado con caída de precios, perjudicando preferentemente al Ecuador.

Por otro lado, es ejemplar la posición del régimen español de absoluto apoyo político y financiero a la producción bananera de Canarias, pues se reconoce en ella una fuente permanente de trabajo; como también es admirable la solidez y dinamismo de los gremios que ejercen constante presión política a la Unión Europea, para el sostenimiento de una actividad, ineficiente sí, pero con sobradas razones sociales para respaldarla. (O)

Las autoridades ecuatorianas, encargadas de la supervisión del cumplimiento del convenio, en unidad de acto con productores y exportadores, deben preservar los límites asignados al país y vigilar lo que acontece con otros estados latinoamericanos cobijados por igual protección...