A la que concurro semanalmente, los lunes desde las 18 hasta las 20 horas, le va bien. Juzgue usted lo que tratamos:

En la reunión del 22 de mayo de 2017 sumamos 12 personas: dos mujeres y diez varones.

Tuvimos en nuestras manos un par de documentos, que no alcanzamos a leer y analizar: ‘El espectáculo es un Dios’, de Julio César Roca de Castro, publicado en EL UNIVERSO digital, el 22 de mayo de 2017 y ‘Una excelente educación: su importancia para el ser humano, el país y la humanidad’, de Edmundo Vera Manzo, en El Telégrafo, del 20 de mayo de 2017.

Comentamos sobre la última sabatina del presidente Correa.

Destacamos la disciplina que ha existido para controlar el pago de los impuestos y las afiliaciones al IESS.

Comentamos los problemas que se derivan de la aplicación del pensamiento único, que se expresa en las acciones y que genera, a su vez, otro pensamiento único.

Se observó la importancia del control adecuado del ejercicio de la palabra y cómo se suele disputar ese control, que puede resultar necesario para el ejercicio del poder.

Comentamos el grado de influencia que Correa puede tener sobre Moreno, y el tipo de relación que tendría este con Glas.

Una interrogante con múltiples respuesta fue: ¿qué irá a pasar con las sabatinas? Hoy ya lo sabemos.

Reconocimos que el trabajo con su creatividad es un valor que edifica a la persona.

Tratamos el problema que generan los hábitos, cuando impiden a las personas cambiar positivamente, así como la necesidad de habilitar adecuadamente a las personas para trabajar, pues es muy difícil cambiar cuando se han adquirido costumbres o rutinas equivocadas.

Para solucionar la pobreza se afirmó que hay que reivindicar a la mujer, su valor y la satisfacción de sus necesidades.

Comentamos algunas experiencias en trabajos y obras realizados por mujeres.

Recordamos los Documentos de Medellín, que elaboró la Conferencia Episcopal Latinoamericana, marcando un nuevo rumbo social para nuestra América, estableciéndose denuncias importantes, como la que se refería a la existencia de estructuras de pecado en las sociedades.

Se destacó que: Si no pensamos nosotros, “nos dan pensando” los otros.

Volvimos a concluir que sigue faltando suficiente pensamiento crítico en las universidades, que se haga público para orientación de la ciudadanía.

A propósito de pensamiento crítico se nos sugirió revisar www.pensar.ec, que se sigue en 144 países.

Detectamos un par de dificultades: no se aplican tesis de complementación y no estamos acostumbrados a reconocer los valores en la diversidad.

No debemos preocuparnos y apoyar solamente la solución de los problemas urbanos, sino también de los rurales.

Nos preguntamos: ¿La silla vacía sigue vacía...? Necesitamos una investigación, al menos en una provincia.

Finalmente: ¿Debe evitarse que prevalezca el pensamiento único? Conviene conocer y considerar el de los demás, para ir logrando síntesis continuas y dinámicas, buscando formas de desarrollo del pensamiento común.

¿Cómo va su célula cívica? Sería tan amable en darme su opinión? (O)