Los valores morales son un conjunto de creencias, costumbres y más que todo normas que el hombre elige para defender su dignidad como persona, conduce las acciones del buen vivir dentro de su círculo familiar y social con honestidad, tolerancia, respeto, lealtad y responsabilidad inculcados desde su niñez, diferenciando lo bueno de lo malo, que se incrementa a través de los años de experiencia, perfeccionándose a través del amor, gratitud, prudencia, solidaridad, honestidad, humildad, generosidad, bondad y más que todo la dignidad.

En estos últimos años se está viviendo una crisis de valores morales y de conducta que está llevando a una decadente cultura familiar y social, existe una corriente materializada y de egoísmo personal en la que impera el interés a costa de vender o traicionar a cualquiera que se le cruce por su camino, incluidos sus propios allegados. Ortega y Gasset  lo define como el hombre-masa, por su radical ingratitud hacia todo lo que ha hecho posible su existencia. Esta decadencia se siente en los medios de comunicación por captar audiencia presentando programas sensacionalistas, los artistas por vender sus productos se presentan en forma impropia para llamar la atención; los políticos por captar seguidores dan una imagen de que están trabajando para el pueblo, cuando les interesa solo su bienestar económico y seguir en esa contienda como una empresa que les rinde tributos; las organizaciones religiosas que hablan del ser supremo piden tributos o donaciones económicas para seguir subsistiendo a través de la fe de sus feligreses; las fuerzas militares se han fragmentado, no existe la unión, hay divisionismo entre ellos, delatándose para tener recompensa de sus superiores. El Gobierno, donde la corrupción toca en todos los niveles, persigue a cualquiera que los descubra sin importarle el daño moral, material y psicológico de sus opositores y entorno familiar.

Otra pérdida de valores se debe a la drogadicción, seres vulnerables de baja autoestima son inducidos por traficantes, debido a la crisis social, económica y educacional, se introducen en ese vicio para tratar de olvidar sus problemas personales. Pero lo más alarmante por lo que el país está conmovido es la violencia, no solo por los delincuentes externos, sino internamente en el seno familiar; dos casos alarmantes hubo en estos últimos meses: un hijo mató a su padre por cobrar una póliza y una hija por dinero mata a su progenitora, una mujer respetable y trabajadora. Existe una crisis de valores conductuales y culturales. Es hora de que las autoridades, los medios de comunicación, la comunidad, organismos, clases sociales y religiosas pongan atención a esta decadente crisis social. Es importante que se vuelvan a dar en los colegios dentro de su pénsum educativo materias como Ética, Moral, Cívica, enseñar normas de urbanidad y buenas costumbres, respeto y dignidad, solo así podemos rescatar y cambiar esta crisis de valores morales resquebrajados. (O)