Para los ciudadanos de China, la celebración por la llegada de un nuevo año lunar es la más importante de todas las festividades tradicionales en ese país y se la conoce como Fiesta de la Primavera. El nuevo año lunar que llega es el del caballo, y para ser más preciso, se trata de un caballo-madera, por corresponderle en esta ocasión el elemento madera, que es uno de los cinco elementos básicos (madera, fuego, tierra, metal y agua) que dependiendo de la secuencia, se dan vida o se aniquilan mutuamente, y forman parte, junto con el yin y el yang y otras concepciones filosóficas originadas en ese país hace miles de años, del conjunto de creencias que los chinos de la antigüedad desarrollaron al observar e interactuar con la naturaleza.
Volviendo al nuevo año lunar, el año del caballo empieza a las cero horas del 31 de enero del 2014, poniendo fin al año de la serpiente, y no culminará su carrera sino hasta el 18 de febrero del 2015, es decir que tendrá una duración de 384 días.
La Fiesta de la Primavera es ocasión propicia para que los miembros de las familias se reúnan durante la semana de vacancia oficial que se decreta. En muchos casos, esas reuniones significan ver otra vez luego de un año a padres, hermanos, parientes, amigos, etcétera. La gente se aprovisiona bien de víveres y de otros artículos debido a que son frecuentes las visitas entre familiares y amigos durante esos días. Para muchos vendedores, esa festividad es la mejor época del año para las ventas por su alta concentración a lo largo de siete días de descanso, días que pueden ser prolongados a discreción por los dueños de fábricas o negocios particulares.
Para algunas actividades, sin embargo, la llegada del año del caballo no se presenta tan atractiva ni tan impetuosa como cabría esperar de una imagen asociada a las carreras y al galope. Uno de los negocios que así opinan es el de las imprentas que fabrican tarjetas y calendarios alusivos al nuevo año. Su más bien desalentador panorama se produce debido a la prohibición oficial de utilizar fondos públicos para comprar tarjetas, calendarios, diarios, entre otros artículos que tradicionalmente adquieren en grandes cantidades algunas entidades públicas, empresas y bancos del Estado. Ciudadanos que por razones de trabajo mantienen contactos frecuentes con entidades y empresas estatales confirman que es común, a fin de año, recibir gran número de esa clase de obsequios, muchos de los cuales terminan poco tiempo después en el tacho de la basura, sin haber sido abiertos siquiera.
Otro de los negocios afectados es el de las recepciones. Muchos restaurantes y hoteles en cuyos salones las entidades y empresas del Estado realizaban reuniones de fin de año, han visto canceladas las reservas y aquellas que se mantuvieron redujeron a la mayor simplicidad posible su escala y contenido. En Shanghái, por ejemplo, los banquetes por fin de año disminuyeron más del 50%, de acuerdo al señor Jin Peihua, presidente de la Asociación de Restaurantes y Cocina de esa ciudad. Él asegura que el descenso es debido esencialmente a las cancelaciones provenientes de empresas estatales. Y aquellas que se han mantenido han disminuido ostensiblemente el presupuesto de gastos. Si en años anteriores una mesa, incluyendo comida y bebida, costaba entre siete y ocho mil yuanes, hoy el presupuesto no llega a los mil, según el gerente de un lujoso hotel de la ciudad.
Por su parte, en Beijing, empleados de un número de empresas estatales grandes comentaron a la prensa que durante las reuniones por fin de año, regalos como iPads, iPhones que en el pasado se entregaban a cierto grupo del personal y cierto tipo de clientes, han sido reemplazados este año por chocolates, toallas y otra clase de artículos similares comunes y corrientes.
Importadores de camarón y comida de mar en general, sobre todo tipo gourmet como abalone, langosta, scalopps, también comentan que sus ventas han sentido de algún modo el efecto de la campaña de frugalidad que el actual gobierno emprendió poco tiempo después de entrar en funciones hace algo más de un año. Los platos como sopa de aleta de tiburón, nidos de golondrina, abalone, entre otros platos exóticos, han sido removidos de la lista en banquetes oficiales. Si bien la remoción no es producto todavía de consideraciones de protección de esas especies, sino de la campaña de frugalidad, cada vez hay más voces en China que presionan porque los temas de protección medioambientales prevalezcan.
No es exagerado decir que este nuevo año del caballo es igualmente bien recibido por todos los ciudadanos, pese a que el bolsillo de algunos se reducirá debido a la conducción del jinete, que quiere hacerlo trotar en una senda de frugalidad por todos bienvenida, en vez de darle rienda suelta. ¡Feliz Año Nuevo, China!
Los platos como sopa de aleta de tiburón, nidos de golondrina, abalone, entre otros platos exóticos, han sido removidos de la lista en banquetes oficiales.