Opinión internacional | Luis Fernando Rojas
luosinan@netchina.com.cn
Entre Ecuador y China la relación comercial bilateral es la que capta la mayor atención y preocupación al mismo tiempo. Atención y preocupación simultáneas porque el déficit para nuestro país es muy grande. Sin embargo, dentro de la relación bilateral hay otros campos de interacción que tienen igualmente importancia para ambos países, como por ejemplo la inversión y financiamiento de obras de infraestructura en nuestro país. O la cooperación en agricultura, acuacultura, tecnología, educación, salud, etcétera.
Un campo en el cual se podría proponer a China su cooperación es la sericultura, actividad que se dedica a la crianza del gusano de seda para el posterior aprovechamiento del capullo de seda. Pruebas históricas atribuyen a los chinos ser los primeros en utilizar el capullo del gusano de seda miles de años antes de la era cristiana y su país continúa manteniendo la categoría de mayor productor mundial de seda.
La sericultura comprende las fases agrícola, crianza y artesanal. La primera se refiere al cultivo de la morera, de cuyas hojas se alimentan los gusanos. La segunda se encarga de la cría de los gusanos de seda y la última comprende la transformación artesanal del capullo en una forma de seda aprovechable.
Según información disponible en internet, en 1996 se hizo el primer intento de introducir la sericultura en Ecuador por medio de la cooperación y coordinación de varios participantes, entre ellos el Instituto Ítalo Latinoamericano.
Independientemente del estado actual de la sericultura en Ecuador y de los contactos, a través de la Red Andina de la Seda, con la hermana República de Colombia, que en la región es la más avanzada en el tema, la asistencia que China pudiera ofrecernos debiera ser motivo de apoyo no solo porque ese país es pionero en la materia y posee la más larga experiencia, sino que además la cooperación entre los dos países tiene que diversificarse. Enriquecer la cooperación mutua se enmarca en la política de los dos países y su diversificación está en línea con la óptica china de no mirar la relación bilateral exclusivamente desde el ámbito comercial, en el cual nuestro país, como muchos otros, está en desventaja.
Y como muestra de la favorable disposición que los creadores de la sericultura podrían tener para cooperar con nuestro país, quisiera mencionar que ya en el 2004 se dio una iniciativa de cooperación ecuatoriano-china. En ese año, una delegación de expertos y autoridades de la provincia de Sichuan, segunda más importante en producción del capullo, visitó la zona de Santo Domingo de los Tsáchilas y constató las estupendas condiciones ambientales para el cultivo de la morera y crianza de los gusanos. Con posterioridad a esa visita y en el mismo año, una delegación ecuatoriana devolvió la visita y se decidió establecer una sociedad de inversión conjunta para desarrollar la sericultura en la zona y llegar a producir textiles. Sin embargo, el derrocamiento del presidente Lucio Gutiérrez, ocurrido el siguiente año, impidió que el proyecto tomara forma.
No me cabe la menor duda de que si volviera a proponérsele a China establecer una cooperación conjunta en el desarrollo o ampliación o mejora de la sericultura en Ecuador nos dará la bienvenida. Además, la situación medioambiental en el país asiático se ha degradado considerablemente con el paso del tiempo y a lo mejor eso ha tenido un impacto en la calidad de la seda obtenida.
Para terminar este artículo, quisiera mencionar algunas cifras de producción en la provincia de Guangxi al término del año 2012. Esa provincia es la mayor zona productora de gusanos de seda en el país:
Cantidad obtenida de capullos: 315.700 toneladas, lo que representa el 45% del total nacional.
Cantidad obtenida de hilo de seda: 288.000 toneladas.
Superficie cultivada de morera: 164.187 hectáreas.
En el 2004, una delegación de expertos y autoridades de la provincia de Sichuan, segunda más importante en producción del capullo, visitó la zona de Santo Domingo de los Tsáchilas y constató las estupendas condiciones ambientales para el cultivo de la morera y crianza de los gusanos.