La Roca, cárcel que entró a un proceso de repotenciación en su infraestructura en 2021, es el centro carcelario al que en las últimas semanas se han trasladado dos cabecillas de bandas criminales.

Desde la intervención en las cárceles, el Gobierno ha enviado a ese penal a cabecillas de los Chone Killers. Y ayer mandó a líderes de Los Lobos y R7.

El presidente Guillermo Lasso anunció de dos traslados durante la mañana de este viernes 18.

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Bermúdez, cabecilla de la banda de Los Lobos, es uno de los internos que pasó a la cárcel ubicada en el norte de Guayaquil. A él se le atribuyen responsabilidades por la matanza en la cárcel El Inca en la que cinco internos fallecieron.

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Alias Anchundia también fue llevado al centro carcelario La Roca, nuevamente, este viernes 18. El cabecilla de la banda R7, en cambio, tendría responsabilidad en los atentados terroristas ocurridos en Santo Domingo.

En septiembre del 2021, el Servicio Nacional de Atención a las Personas Privadas de Libertad (SNAI) anunció que La Roca entraba a un proceso de repotenciación en su infraestructura. En ese entonces, el director de la entidad, Fausto Cobo, indicó que ese iba a ser el reclusorio para “todos los violentos que intentan someter al Estado ecuatoriano”.

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Hasta abril de este año, el recinto ya había recibido a los primeros cinco reclusos que fueron trasladados desde la cárcel de Turi. Los internos habrían estado involucrados en la masacre en la que murieron 20 reos en Turi, seis de ellos decapitados.

A esta cárcel, ayer por la tarde, se envió a tres líderes más del grupo de delincuencia organizada (GDO) Los Lobos por disturbios registrados tras el traslado de Bermúdez y que ocasionaron 10 muertos.

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El abogado Jorge Haz consideró que con los traslados que de manera seguida se realizan hacia La Roca y hacia diferentes cárceles hay “un mensaje contundente a las bandas criminales de que el Gobierno va a ejercer poder cuando existan conductas inadecuadas o que pongan en riesgo la paz y convivencia que pudiera existir dentro de los centros carcelarios”.

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En ese sentido, citó que son acertadas las acciones tomadas para reconfigurar el liderazgo físico que puedan ejercer los cabecillas en el interior de las cárceles.

Haz recalcó que este tipo de movimientos entre cárceles no se veía de forma contundente por el temor que había en torno a que los funcionarios pierdan la vida mientras se realizaban los procesos para los traslados.

“El Gobierno entendió que de las amenazas pueden existir daños colaterales (y ellos asumen responsabilidad) porque toda acción lleva sus riesgos y eso se ha notado en los ataques hacia las fuerzas del orden. Pero hay que estar claros que se debe de reaccionar y eso es lo que se está haciendo”, explicó el abogado.

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El Gobierno ayer dio un paso adicional al publicar parte de los rostros de los cabecillas de las bandas trasladados a La Roca. Además, se habló sobre que estarían aislados e incomunicados.

Sin embargo, desde la visión de una especialista en temas carcelarios -quien solicitó reserva de su nombre-, estos traslados no se han realizado de forma técnica, ya que se han dirigido hacia un solo grupo delictivo, que en este caso son Los Lobos.

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“Si se tuviera la real voluntad política de cortar de raíz al narcotráfico y luchar contra las bandas criminales, se haría un análisis inteligente y se viera quienes son los cabecillas de todo el crimen organizado tanto de pequeña y gran escala y a partir de esa identificación se hagan los traslados a las de máxima seguridad. No solo a los Lobos y Tiguerones, sino a todos”, indicó la experta.

Según su análisis, con este tipo de acciones se haría también un barrido para detectar a esos líderes invisibles que están en estructuras de poder como coroneles y generales que, dentro de la fuerza del orden, trabajan de la mano con la delincuencia organizada. (I)