Un joven que lleva una funda transparente con botellas de agua camina por la mitad de la calle Clemente Ballén, junto al Mercado Central, en el casco comercial de Guayaquil. La imagen de vendedor ambulante es solo una distracción para que su cómplice arrebate las pertenencias de algún conductor que tenga abierta la ventana del acompañante.

El modo de operar de estas dos personas quedó registrado en un video que se viralizó el 14 de abril pasado. Horas después del hecho, la policía las capturó.

Este tipo de delitos es común en el centro de Guayaquil, según Fernando Vaca, jefe del Distrito 9 de Octubre: “Por robo a personas tenemos un total de 184 detenidos en lo que va del año (...). Esto nos hace ser más cautos cuando circulemos en el centro de Guayaquil: en los semáforos, al bajar la marcha del carro, (hay que) subir los vidrios del carro”.

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A nivel nacional, el robo a personas también es uno de los delitos que registran gran cantidad de detenciones en los últimos años. De enero a marzo pasados, se registraron 1.457 aprehensiones; en 2020, 5.378; mientras que en 2019 hubo 5.539, según los datos del Ministerio de Gobierno.

A la cabeza de ese listado de supuestas infracciones están las detenciones relacionadas con el tráfico de drogas, con 11.557 en 2020, cuando el total de apresamientos ascendió a 83.000. En los tres primeros meses del presente año, en cambio, el conteo por ese motivo superó las 3.000 aprehensiones.

El fiscal Víctor González explica que el tráfico de sustancias psicotrópicas prohibidas y su consumo generan un efecto cascada de delitos en la sociedad: “El consumo conlleva al robo, hurtos”.

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Cuando los agentes arrestaron a un sospechoso del delito ocurrido en los exteriores del Mercado Central, hallaron varias dosis de droga en su poder.

Violencia generada por el narcotráfico

El ingreso de droga al país ha experimentado un auge constante. En 2020 se registró un récord en la incautación de drogas: 128 toneladas fueron decomisadas, 18 toneladas más que en 2016, año en que repuntaron las confiscaciones de alcaloides.

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Ese fenómeno también genera problemas de violencia a gran escala, que se reflejan en los enfrentamientos de organizaciones vinculadas con el narcotráfico y muertes por encargo, según Renato Rivera, investigador de la Red Latinoamericana de Seguridad y Delincuencia Organizada (Relasedor).

“Si hay mayor disponibilidad de droga, por lo tanto, va a haber mayor cantidad de organizaciones que quieran participar del negocio. Si estamos partiendo de un principio de economía informal, la forma más visible de regular este mercado informal es a través de la violencia. Hay una lucha de territorio que se traduce en homicidios selectivos, que pueden ser a personas de alto nivel”, analiza el experto en seguridad.

Esa violencia ha dejado su impronta en los ataques que provocaron decenas de muertes en varias cárceles del país en el 2020 y a inicios de este año, o las muertes de mandos medios y líderes de bandas criminales hace varias semanas y meses, por ejemplo.

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Según los registros del Gobierno, 443 personas fueron detenidas en 2019 por casos de asesinatos, y 614 en 2020.

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Y en el plano social, según el fiscal González, el consumo de drogas también puede generar eventos de violencia intrafamiliar.

Precisamente, en el listado de las causas con más detenciones en el país constan los arrestos por algún tipo de violencia contra la mujer o integrantes de la familia.

Después de las 6.684 aprehensiones por boletas de apremio (deuda de pensión alimenticia), están en tercer lugar las 6.424 detenciones por presunta violencia contra la mujer o miembros del núcleo familiar (1.466 arrestos más por ese mismo motivo que en 2019); aunque el Ministerio de Gobierno registra con otras denominaciones más causas relacionadas con esa problemática: violencia física contra la mujer o miembros del núcleo familiar, violencia psicológica contra la mujer o miembros del núcleo familiar y violencia sexual contra la mujer o miembros del núcleo familiar; a 5.407 asciende la suma de todas las detenciones por estos otros presuntos delitos.

“Este incremento se da en una gran parte por las consecuencias del COVID-19. Esto ha llevado a que debas permanecer más tiempo en casa. Y muchos de estos casos están relacionados con violencia intrafamiliar. Este incremento se da porque pasas más número de horas con tu pareja”, apunta Renato Rivera, de Relasedor.

Después del robo a personas está la conducción de un vehículo en estado de embriaguez, con 4.899 detenciones. Y, escalones más abajo, hay otros delitos que han repuntado en detenciones, como el porte ilegal de armas: de 2.364 en 2019 a 3.222 en 2020.

La Policía analiza también estas cifras y aquella estadística pura de las denuncias de delitos como el tráfico de drogas, según el departamento de Comunicación.

“Como Policía Nacional tenemos varios ejes que son los encargados de investigar o hacer el análisis para poder determinar la presencia de organizaciones delictivas. El eje preventivo es el que tiene el contacto con la ciudadanía, que son los policías del primer filtro que reciben las denuncias”, se explica en un comunicado.

La información recabada por los agentes de ese eje preventivo se canaliza a las unidades especializadas de la Policía, como la Dirección General de Inteligencia (DGI), la Brigada Anticriminal (BAC), la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), Antinarcóticos, la Policía Judicial, entre otras.

“Para investigar con más profundidad, no tan solo para llegar a los pequeños expendedores, sino llegar a la organización más grande, para tratar de erradicar este tipo de mal para la ciudadanía”, se detalla.

La Policía insiste en el papel clave que tiene la ciudadanía de denunciar los delitos para identificar su origen y combatirlo. (I)