Antes de perpetrar un secuestro, los victimarios realizan un monitoreo minucioso de sus potenciales víctimas. En muchas ocasiones esa información sale del círculo cercano de la persona a la que los antisociales realizan seguimiento, pero estos también acceden a datos que cada persona publica a través de las redes sociales.

Así lo explicó la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), una instancia especializada de la Policía Nacional.

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Las plataformas digitales son usadas incluso por los secuestradores para contactar a quienes tienen en la mira.

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Un caso reciente se conoció este fin de semana, cuando el dueño de una avícola, en Cuenca, fue contactado por Facebook por antisociales que lo citaron en la terminal terrestre de Guayaquil para supuestamente concretar un negocio.

La víctima fue engañada por delincuentes para que aparentemente entregue su producto en la urbe porteña. Pero de la terminal él fue llevado en un vehículo hasta una oficina fuera de la estación y al llegar a ese sitio uno de los hombres le pidió el celular y la billetera.

Luego de eso le dijeron que se trataba de un secuestro. Los antisociales, se conoció, hicieron llamadas extorsivas a los familiares, pedían 200.000 dólares por la liberación, pero finalmente gracias a la intervención de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased) el hombre fue rescatado.

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El capitán Carlos Cuenca, integrante de la Unase, sugirió a la ciudadanía tener prudencia al momento de publicar información en las redes sociales.

Señaló que si las plataformas se usan a nivel profesional los datos que se comparten allí sean netamente del campo laboral, y que se creen otras cuentas para cuestiones personales.

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El agente indicó que las modalidades de secuestro más frecuentes en el país son cuatro: común, extorsivo, exprés y simulación.

El primero, explicó, es la retención involuntaria de una persona en cualquier sitio y puede darse hasta a nivel laboral cuando alguien es obligado a permanecer en algún espacio a cambio de firmar algún documento, ejemplificó.

”También se da en parejas sentimentales. A veces ya la mujer no quiere estar con su pareja y esta la retiene en la casa, deja echando llave, cuestiones de esa. No quiere nada a cambio (el hombre) lo que quiere es no dejarla movilizar libremente, entonces, eso se considera un secuestro simple”, añadió Cuenca.

El secuestro extorsivo se configura en el momento en el que familiares o allegados de las víctimas reciben llamadas en las que antisociales piden alguna recompensa por la liberación de la persona que tienen en su poder.

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Generalmente es cometido por bandas organizadas o por personas infractoras de la ley que se asocian para ganar réditos de la situación.

Un caso reciente ocurrió este lunes 6 de marzo en la cooperativa El Trébol del cantón Durán. Neptalí R. fue secuestrado por cuatro antisociales que se bajaron de un vehículo y lo persiguieron hasta atraparlo y llevárselo.

A raíz de eso, su cónyuge recibió llamadas extorsivas a través de las que le pedían $ 50.000.

En la noche del mismo día la Policía logró ubicar un inmueble en la cooperativa Nuevos Horizontes, en el cantón ferroviario, donde lo tenían retenido.

Agentes de la Policía Judicial intervinieron en el caso y liberaron al hombre, además recuperaron el carro en el que lo secuestraron que había sido robado en febrero y aprehendieron a dos sujetos.

Después de este caso se conoció el de una mujer, comerciante de un negocio del centro-sur de Guayaquil. Tres hombres entraron armados al establecimiento comercial y se la llevaron. La Policía trabaja en este nuevo hecho.

Se considera secuestro exprés o “paseo millonario” a una forma de robo agravado en la que los antisociales retienen a un individuo por un tiempo corto de tiempo y le exigen extracciones de dinero de cuentas bancarias, tarjetas de crédito o piden dinero por el rescate, pero en menores cuantías.

De esta modalidad también son víctimas conductores que son retenidos por antisociales que cometen ilícitos en los vehículos y después los sueltan.

Tres hombres (dos colombianos y un ecuatoriano) fueron detenidos por presunto delito de secuestro a un ciudadano de Cuenca, durante este fin de semana. Cortesía.

La simulación de secuestro es la situación en que la persona se ausenta de su entorno por voluntad propia y esto no constituye necesariamente un escenario de riesgo para esta.

“Lo más común es la simulación de secuestro. Mucha gente simula secuestros para sacarle dinero a su papá, a su mamá, a su pareja o simplemente distraer la atención para ellos realizar otras actividades en su vida”, sostuvo el agente Cuenca.

Durante el 2021 la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) investigó y liberó a 38 víctimas de secuestro en Ecuador. En el 2022 la cifra fue igual.

El general Edwin Noguera, comandante de Policía de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), indicó que en lo que va del 2023 se han reportado siete secuestros, de los cuales todos los casos han terminado con el rescate de las víctimas.

¿Por qué en estos días han aumentado los casos de secuestro extorsivo?

El jefe policial explicó que este es un mecanismo de las organizaciones delictivas para obtener dinero con el que solventan sus actividades ilícitas.

“Ellos tienen una estructura. Ustedes de dedican a esto, ustedes se dedican a las armas, ustedes se dedican a los vehículos. Hay personas que se dedican a conseguir el dinero en forma ilegal bajo la amenaza, bajo estas extorsiones, bajo el secuestro. ¿Para qué? Para que la organización criminal se mantenga”, mencionó Noguera.

El comandante de la Zona 8 habló de endurecer las leyes, ya que actualmente hay antisociales que ya fueron aprehendidos por determinado delito, pero que salen pronto en libertad y vuelven a las calles a cometer la misma infracción. (I)