Siete muertos y tres heridos en ataques al estilo sicariato se registraron entre la noche del jueves 7 de octubre y la madrugada de este lunes 11 en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

En los casos más recientes la madrugada de este lunes dos hombres fueron asesinados con varios disparo en el cantón Durán. Aunque fueron llevados hasta un hospital de Guayaquil, las víctimas perdieron la vida.

Hasta la mañana del lunes las familias de los fallecidos no querían poner la denuncia en la Fiscalía por temor a represalias. Así lo contó un policía que investiga el caso

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Mientras tanto, en el suburbio de Guayaquil, tres jóvenes que salían de una fiesta de cumpleaños fueron heridas de bala en las calles 33 y Maracaibo. Ocurrió cerca de la 01:00 de este lunes.

Las mujeres heridas fueron trasladadas primero a un centro de salud público de la zona, donde recibieron los primeros auxilios.

Por la gravedad de su herida, Scarlet U., de 21 años, fue derivada a un hospital del suburbio. En ese sitio fue operada la mañana de este lunes por el tiro que recibió en la cabeza.

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Sus familiares permanecían afuera de la casa de salud. Oraban para que la joven estudiante de Psicología sobreviva, pues contaron que se encontraba en estado crítico.

“Los médicos dijeron que tenían que esperar a que se desinflame el cerebro para operarla; ya le sacaron la bala ahorita y sobrevivió”, contó la madre de la joven.

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La prima de Scarlet, de 26 años, resultó con una herida por el roce de una bala en el cuello y una tercera persona con una lesión de proyectil en una pierna. Ambas están fuera de peligro.

La Policía informó este lunes que a las 23:30 del domingo 10 pasaron por la casa donde se festejaba el cumpleaños y que les pidieron a los invitados que ya se retiraran. Una hora después se dio el ataque armado que ahora es investigado por los agentes, que se encargaron de revisar las cámaras de seguridad del sector para identificar a los atacantes y levantaron más de 15 indicios balísticos en la escena.

La dueña de la casa donde festejaban los jóvenes contó que ellos acababan de salir de la vivienda cuando supuestamente a bordo de dos vehículos pasaron varios hombres que se disparaban entre ellos.

En el sector del Cristo del Consuelo también se dieron dos ataques de sicarios durante el feriado. Tres personas murieron en menos de 24 horas en el sector. Primero victimaron a Gary Rosero a las 23:00 del viernes cuando salía de su casa, en Tulcán y la B, a bordo de su carro.

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A las 23:00 del sábado fue acribillada una pareja que salía del velatorio de Gary. A Omar Alvarado y Fiana Gurumendi les dispararon en la calle Aurora Estrada Ayala y callejón B, a unos 50 metros del velatorio de Rosero.

Un testigo contó que dos hombres vieron salir a la pareja de la casa y los siguieron por el callejón hasta que les dispararon en la calle Aurora Estrada Ayala. Luego los dos sujetos huyeron en una moto.

Las autoridades presumen que esta serie de asesinatos ocurrieron por la lucha de territorio, pues ambos hombres registran antecedentes por tenencia de sustancias sujetas a fiscalización.

Cerca de este sector, en la avenida 25 de Julio, a la altura de Las Acacias, fue acribillado un motorizado la noche del jueves. Desde una camioneta blanca le dispararon a la víctima cuando circulaba por el carril de la Metrovía, en sentido sur-norte.

Otro asesinato se registró el jueves 7 en las calles 22 y la O, en el suburbio de Guayaquil. La víctima es un hombre de 37 años, identificado como Ángel Sánchez, quien recibió varios tiros desde una moto negra en la que iban dos sujetos.

La Policía investiga a uno de los hijos de la víctima por este crimen. Presumen que mató a su padre porque se salió de la banda a la que pertenecían.

En lo que va del año en la Zona 8 se han registrado cerca de 480 muertes violentas.

Pese a estos sicariatos del feriado, la Policía considera que hubo una disminución importante de muertes violentas en comparación con las semanas anteriores. Esto porque los inhibidores de señal de la cárceles (Penitenciaría y Regional) finalmente están encendidos por la declaratoria del estado de excepción.

Estas prisiones han funcionado durante años como centro de operaciones de las bandas. Desde los pabellones salen muchas órdenes para ejecutar en las calles a miembros de las organizaciones enemigas. (I)