Pasadas las 18:00 del viernes 12 de noviembre de 2021 se registraron los primeros disparos, seguidos de explosiones en el Centro de Rehabilitación Social Varones n.º 1 de Guayaquil, nombre que ahora lleva la Penitenciaría del Litoral, en el noroeste de la urbe porteña.

El pabellón 2 era el blanco de decenas de internos de otros pabellones, quienes armados con pistolas, rifles, combos, picos y artefactos explosivos, dañaron candados, puertas y paredes de concreto. A su paso dejaban muerte: cuerpos destrozados y quemados. Según el último recuento que dieron las autoridades, la cifra de muertos asciende a 62; unos 30 cadáveres ya han sido entregados a los deudos.

A medida que entraba la noche del viernes, la violencia aumentaba. El estruendo se escuchaba desde las cooperativas de vivienda cercanas y urbanizaciones que están del otro lado del río Daule. Estremecía el alma de madres, esposas, hijos de los reos que aguardaban en los exteriores de ese penal que tiene un hacinamiento de más del 60 %.

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Familiares de presos esperan información a las afueras de la penitenciaría en Guayaquil (Ecuador). Foto: EFE. Foto: EFE

80 guardias sin armas para 8.000 reos: qué está pasando en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel de Ecuador que suma casi 190 muertos en dos masacres

Pese a la supuesta inhibición de dispositivos tecnológicos, que en teoría impide el contacto desde adentro con el exterior, pasada la medianoche, internos registraron los incidentes con sus teléfonos: unos para mostrar el salvajismo al que pueden llegar mientras gritaban “mafia J. R.” y otros para pedir ayuda. Desde la cuenta de Facebook Heisenberg German, una persona realizó una transmisión de video en vivo. En las imágenes se mostraba el pasillo que separa las celdas.

Se escuchaba el golpe de un combo y un pico contra una pared. “¡Te voy a matar!”, era el grito constante que se filtraba en el audio de la transmisión, en segundo plano, mientras quien sostenía el celular suplicaba por ayuda a la Policía, a las Fuerzas Armadas, al presidente Guillermo Lasso. La noche del viernes, el mandatario participaba en una recepción por conmemorarse los 246 años de aniversario de la creación del Cuerpo de Infantería de Marines de Estados Unidos.

Aquí un extracto del testimonio de la persona que hablaba en la transmisión:

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“Estamos en el ala 3, quieren tumbarnos la pared que está ahí. Han tenido casi dos horas para quererla tumbar, más de 4 horas, y la Policía no entra, por favor...

Señores, compartan el video, por favor. No hemos comido desde ayer, antes de ayer, perdón. Ayúdennos.

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Señor, por favor, le dan tiempo de que abran la puerta, por favor. Ayúdennos, le dan tiempo para que abran la puerta del pabellón y se quieran meter.

Señores, yo no estoy en contra de ningún pabellón, pero no quiero que esto pase a mayores y lo más probable es que pase a mayores si no entra la Policía y los militares.

Padre santísimo, ayúdanos.

Señores, por favor, envíenle a las noticias, al presidente, pónganle hashtag, por favor, en vez de comentar cosas absurdas. Necesitamos que llegue a oídos de todo el mundo.

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Por favor, les pido que los mencionen: a la policía, a las noticias, a todos.

Señores, estamos botados aquí, por el amor de Dios. El pabellón 1 no nos ayuda nada.

Señores, todos los del pabellón 3 están afuera de nuestro pabellón, no hay quien los controles. ¡Qué feo eso! Bombazo. Se quieren meter con todo, padre.

Señores, que lancen bombas lacrimógenas.

Todos gritan J. R. Señores, ayúdennos, por favor.

Ayuden compartiendo. El helicóptero vino, alumbró. Ayudó a las personas que están ingresando y se fue. Nada más hizo el helicóptero, señores.

¿Dónde están? (pregunta a otro interno).

Señores. Están esperando que nos maten a todos.

Hay muchas personas, señores.

Hay muchas personas que están muertas.

Por el amor de Dios, quieren incendiar todo el pabellón. Alguien que nos ayude, señores.

Quieren incendiar aquí adentro. ¡Echen agua ahí! ¡Echen agua! Ahí, en el techo.

Señores, por favor, ayúdennos. No sé qué más decirles, por favor, señores.

Señores, al 911, por favor.

Señores, por favor, ya entraron.

Que quede constancia este video, que pudieron haber hecho algo y no hicieron nada, señores. Ya están adentro.

No sé si escuchan. Quieren cortar cabezas, señores, se lo suplico, que entren los militares.

Señores, no entra absolutamente nadie, siguen picando las paredes de abajo, por el amor de Dios.

Aquí tenemos un herido de bala, Luis M. L. P. (da nombre completo), si saben de sus familiares, está herido, está herido.

Señores, hay más muertos en la parte de abajo.

Todos salimos corriendo para arriba. Entonces no sabría decirte todo esto es incierto, no se sabe la cantidad de muertos que hay.

Lamento informarles que un compañero mío falleció debido a una bomba.

Han matado a todos, casi todos los del pabellón, eso queda a la entrada de la dirección, señores. Lastimosamente ahí murió un amigo mío. Le decían Pepito.

Señores, quieren entrar con todo, por el amor a Dios.

Señores, aquí hay muchas personas que están solo por investigación y me incluyo en este caso, señores. Somos personas inocentes. No crean que todos los que están aquí son malos.

Señores, aparentemente mataron a todos los del pabellón F.

En cualquier momento van a explotar la pared, señores. Si dejo de transmitir es porque ya entraron a esta ala”...

Dolor e indignación en retiro de cuerpos de reos asesinados en la Penitenciaría del Litoral

La cuenta de Facebook que transmitió fue suspendida. En esa ocasión, la comunicación sirvió para alertar a las autoridades de los problemas que se vivían dentro de la cárcel. No obstante, los contactos telefónicos y de datos de internet que surgen de ese lugar también han servido para despachar órdenes de asesinatos, robos, extorsiones, estafas, entre otros delitos que ha investigado la Fiscalía y el cuerpo de investigadores de la Policía.

Otros internos se comunicaron por mensajes de WhatsApp con sus seres queridos. “Ora por mí”, se leía en capturas de pantalla que circularon en redes sociales y que también eran revisadas por familiares de reos, que acudieron al laboratorio de criminalística de la Policía para identificar los cuerpos.

Señal celular sin bloqueo

AME7452. GUAYAQUIL (ECUADOR), 15/11/2021.- Vista de humo que sale del interior de la penitenciaría del Litoral hoy en Guayaquil (Ecuador). Parientes de los presos fallecidos el sábado en una nueva masacre dentro de una cárcel ecuatoriana continúan su espera este lunes para retirar los cuerpos que han sido identificados hasta el momento, de un total de 68 presos muertos en la penitenciaría de Guayaquil. EFE/Juan Diego Montenegro Foto: EFE

En un sinnúmero de ocasiones se ha mencionado la función que cumplen los inhibidores de la señal celular para evitar que los internos se comuniquen con el exterior.

Sin embargo, el exdirector del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI), Bolívar Garzón, dijo el 9 de noviembre que ahí “no existen inhibidores puestos por el SNAI”.

“Lo que existe es el bloqueo de señal por parte de la telefonía normal. Eso es intermitente, es cuestión de la empresa (telefónica). Hemos realizado reuniones con la empresa para permitir este bloqueo, pero no es permanente”.

Una fuente que integró el SNAI, que prefiere mantener su identidad bajo reserva, en cambio, aseguró que sí había equipos de ese tipo en este año. Contó que esos dispositivos son desactivados después de que internos amenazan a familiares de los servidores a cargo. Esos aparatos también han sido destruidos o se han dañado.

La resolución 201-0995 de la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel) permite “el uso de equipos inhibidores de señal en el interior de los centros de rehabilitación social regional y local, previo cumplimiento de los procedimientos que para el efecto emita la Arcotel para la instalación de los inhibidores de señal, particularmente, a través de la aprobación de un adecuado estudio de ingeniería y protocolos de pruebas para su instalación, con la obligación de no generar interferencias en el exterior del centro de rehabilitación social”.

Este Diario solicitó una entrevista a la Arcotel para conocer los detalles del proceso de aprobación de uso de inhibidores y el seguimiento del funcionamiento de esos aparatos, pero hasta el cierre de este artículo no se concretó la cita. (I)