Mila, de dos meses, ha sobrevivido a un ataque de sicarios, dos intervenciones quirúrgicas y se encuentra estable.

Su abuela Maritza Torres cuenta que su nieta es un milagro, que la bebé se está recuperando pese a que la noche del jueves ella vio cómo el impacto de la bala que recibió en el abdomen le dejó los intestinos expuestos.

Al sacarle el pañal en un policlínico de la zona rápidamente la mandaron al hospital infantil Francisco de Ycaza Bustamante, donde primero la operaron para reconstruirle los intestinos y luego para retirarle la bala.

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Torres también está pendiente de la salud de su hijo de 19 años, el padre de Mila, y de su padre, quien tiene 74 años. Ellos al igual que la niña fueron alcanzados por las balas que hombres en moto dispararon contra la familia.

Los tres estaban en el portal cuando se dio el ataque, explica Torres. La mujer cuenta que estaba en la cocina cuando escuchó los disparos y al salir encontró a sus familiares en el piso.

Ella tomó en brazos a su nieta, mientras sus otros familiares cargaban a su hijo y a su padre.

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Los dos nombres también están hospitalizados, afortunadamente se encuentran estables. El hijo de Maritza recibió un tiro y su padre, una bala en la zona de la ingle. Al hombre lo deben operar la tarde de este viernes.

La familia cuenta que el jueves ya le iban a dar el alta al adulto mayor sin retirarle la bala, porque faltaba una orden judicial para sacar el proyectil.

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La mujer se queja por la falta de coordinación que hay en el hospital y en la Fiscalía, pues solo le habían dicho que debían poner la denuncia. Y ya en el hospital se enteró de que debía llevar una orden judicial para quitar la bala.

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Ella reclamó y no sacó a su padre del hospital, cuenta que volvió a la Fiscalía del cuartel Modelo para que le den el documento y finalmente este viernes lo operarían.

Ambos hombres están conscientes.

Torres cuenta que para su padre los médicos le recomendaron comprar un colchón antiescaras, por lo que piden ayuda para conseguir uno pues no cuentan con los recursos económicos.

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Sobre el atentado, ocurrido la noche del miércoles 16 junto al cementerio de Pascuales, la madre explica que su familia no ha recibido amenaza alguna, que ni su hijo ni su padre tienen antecedentes y que el joven trabaja conduciendo una tricimoto cuando no hay obras, porque normalmente labora de soldador como su padre. (I)