“Durante más de un mes me estuvieron llamando, me vigilaban desde una tienda esquinera y me decían que veían a mis hijos salir. Me amenazaron con matarlos si no les daba mil dólares”. Es parte del relato de Nancy O., una comerciante de la Bahía que fue contactada por una supuesta banda que intentó extorsionarla.

Ella es una de los más de 3.000 vendedores que trabajan en esa zona comercial del centro de Guayaquil. En su local vende productos plásticos y explica que en la fachada estaba su número de teléfono para que los clientes la contacten.

De ahí, presumen, los hombres que la llamaban copiaron su número y empezaron a vigilarla.

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Después de más de un mes de constantes llamadas y cuando estaba a punto de perder la cabeza, puso la denuncia. Ella sostiene que llegó la Policía y levantó información, pero en esos días su celular se dañó y aprovechó para cambiar de línea telefónica.

Aunque perdió contacto con algunos clientes, su tranquilidad no tiene precio, asegura la madre, que ahora tiene más cuidado con quienes se paran afuera de su negocio.

Pero no es el único caso que se ha dado en este sector. Aurelio A., otro comerciante, explica que hace algunas semanas lo llamaron haciéndose pasar por la Policía y le dijeron que uno de sus sobrinos había tenido un accidente y que estaba preso. Le pedían $ 500 para soltarlo.

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Aurelio pidió que no lo volvieron a llamar y bloqueó el número. Cuenta que su sobrino nunca estuvo involucrado en ningún accidente.

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Este tipo de casos han puesto en alerta a los comerciantes que están agrupados en al menos 90 asociaciones. La inquietud surge porque en los últimos días se viralizó una foto de dos hombres que, según usuarios de redes sociales, recorren los locales de comerciantes chinos pidiendo a los dueños hasta $ 5.000 por supuestamente brindarles “seguridad”.

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Este monto conocido como “vacuna” o pago extorsivo se estaría exigiendo cada mes y quienes estarían tras estos pedidos serían bandas que operan desde la Penitenciaría. En otros sectores del país también comerciantes han alertado de este tipo de extorsiones que realizarían supuestas bandas.

Así lo comentan los trabajadores de esta zona, aunque los chinos, que también tienen negocios en el áreas, prefieren no referirse al tema.

Varios dirigentes de la Bahía de Guayaquil se reunieron este viernes para tomar medidas contra la extorsión a comerciantes. Foto Carlos Barros - El Universo. Foto: El Universo

“En los chats de cada asociación pasan audios y videos, estamos en alerta y preocupados porque preguntamos en la UPC cercana si había denuncias y nos dijeron que no. Ahora vamos a pedir una reunión con el jefe del distrito 9 de Octubre para conocer qué se va a hacer”, dice Lucía Peña, de la Asociación de Comerciantes minoristas Ipiales.

El jefe policial del distrito, el coronel William Barreno, cuenta que ha visto la publicación de los dos supuestos extorsionadores, pero señala que los comerciantes asiáticos negaron que algo esté pasando y que incluso conversó con la cónsul de China en Guayaquil para que ella intervenga, pues el policía comenta que ni cuando son víctimas de sacapintas los extranjeros quieren denunciar.

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Hasta que eso ocurra, el jefe policial del centro ya se contactó con personal de Inteligencia para conocer si los hombres de la foto pertenecen a alguna banda. Él explica que ya hay agentes tras el tema.

Además, sostiene que algunos uniformados han recorrido locales para ver si las imágenes coinciden y descubren en qué local se tomaron las fotos.

“Me dijeron que podría ser en un local en la Alborada, pero ese ya no sería mi distrito”, responde Barreno, quien se va a volver a contactar con la cónsul para saber novedades del caso.

Mientras tanto, los comerciantes de otros puntos como la avenida Casuarina (entrada de la 8) también serían víctimas de estas bandas.

Amanda O. asegura que a varios dueños de locales de ese punto del noroeste les piden cada semana 50 dólares y que de no pagarles hasta les mandan a prender fuego a su mercadería con consumidores.

“Dicen que son Los Choneros, pero ya uno no sabe si es cualquier persona que aprovecha el miedo para sacar plata a la gente trabajadora”, comenta Amanda, quien menciona que cuando un comerciante abandona un local y llega uno nuevo, estas bandas van a pedir la “vacuna”. (I)