En los 18 días que duró el paro nacional, entre el 13 y 30 de junio, parte de la infraestructura y equipos de la Policía Nacional sufrieron ataques de manifestantes que participaron en las protestas, para lo cual se utilizaron explosivos, objetos incendiarios, perdigones, lanzas, piedras, entre otros materiales. En algunos casos, la destrucción de patrulleros, motocicletas y destacamentos fue total.

Los incidentes más graves ocurrieron en Quito y en Puyo, donde fueron incendiados inmuebles de la institución, resaltó el comandante general de la Policía, Fausto Salinas, quien indicó que actualmente el Departamento de Logística realiza el levantamiento de información de los daños causados, para cuantificar las pérdidas y ejecutar las pólizas de seguro.

El informe, dijo Salinas, estará listo en aproximadamente un mes. De ahí, tomará más tiempo la reparación y recuperación de los bienes. El comandante expuso un detalle de las afectaciones encontradas hasta el momento:

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  • 9 Unidades de Policía Comunitaria (UPC) destruidas
  • 1 Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) en el Puyo destruida
  • 11 patrulleros destruidos totalmente y 82 con afectaciones
  • 6 motocicletas destruidas totalmente y 24 con afectaciones
  • 6 radios destruidas

A esto se suman el mobiliario, equipos tecnológicos y de comunicación que resultaron destrozados; además de las armas de fueron que pertenecían a la fuerza pública y que fueron robadas del destacamento del Puyo, señaló.

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En la evaluación que se lleva a cabo también se estudia si es pertinente mantener o no en los mismos sitios los destacamentos policiales atacados.

Salinas explicó que este análisis obedece a que en algunos casos las agresiones han sido recurrentes, como lo sucedido con las dos UPC de Calderón, en el norte de Quito, que fueron incendiadas el 28 de junio, dos días antes de que se firme el acuerdo entre el Gobierno y el movimiento indígena que puso fin al paro nacional. Estas unidades también fueron vandalizadas y destruidas en las protestas de octubre de 2019.

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“Vamos a evaluar la modalidad de servicio que se podría prestar en el lugar (Calderón). Una vez que tengamos la cuantificación de daños aplicaremos los seguros correspondientes para recuperar estos bienes”, anotó el comandante de la Policía.

QUITO (29-06-2022).- La noche del martes 28 de junio, manifestantes incendiaron la UPC de la parroquia Calderón, ubicada en el norte de Quito. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: El Universo

Debido a los atentados a la infraestructura y afectaciones a la integridad de los agentes, hasta el momento la Policía ha presentado ante la Fiscalía 154 denuncias, las cuales podrían aumentar una vez que se tenga listo el informe de cuantificación de pérdidas.

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Salinas refirió que durante las últimas movilizaciones a escala nacional, 248 uniformados fueron heridos y otros 37 fueron secuestrados, pero ya fueron liberados.

El comandante general de la Policía mencionó que durante el paro hubo dos tipos de protestas: unas fueron violentas y otras pacíficas. En ese sentido, defendió la actuación de la fuerza pública y aseguró que únicamente se empleó gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes, no otros materiales.

“Nosotros usamos, principalmente, la disuasión a través de mensajes y advertencias de que se iba a usar la fuerza en determinados momentos, cuando las manifestaciones intentaron ir hacia donde está la Policía.

La protesta violenta fue a buscar la confrontación con la Policía. Por eso usamos los medios que están determinados en los estándares internacionales, como es el uso de gas. La Policía únicamente usó en estas manifestaciones el gas y formaciones y tácticas con los medios disponibles”, describió Salinas.

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Sobre las acusaciones de represión violenta y exceso en el uso de la fuerza en contra de los manifestantes, así como la denuncia de una incursión de agentes motorizados a un conjunto habitacional en Calderón -de la cual la Fiscalía emprendió una investigación de oficio-, el comandante respondió que cualquier acción de la Policía se investigará. (I)