Gustavo Zúñiga, presidente de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG), se muestra contrariado frente al anuncio de que la ciudad se encuentra en el ranking de las 50 urbes más violentas del mundo. El ranking fue elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A. C., organización civil de México que sigue la pista a la violencia en el continente.

El funcionario municipal a cargo de la seguridad menciona que Guayaquil no es una ciudad violenta, sino que es víctima de lo que él cataloga como la “pandemia del narcotráfico”.

¿Por qué los planes de seguridad y las intervenciones militares no funcionan en Guayaquil?

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Una cosa es la operación rutinaria de una sociedad de tres millones de personas, donde hay problemas, entre ellos, confrontaciones, robos y asaltos; pero en Guayaquil hay una pandemia de narcotráfico. Entonces, hay que diferenciar los planes nacionales de los planes de las otras localidades.

¿Por qué la pandemia del narcotráfico?

Guayaquil tiene el principal puerto del país: casi el 90 % de todas las importaciones u exportaciones entran y salen desde acá. Y, obviamente, se debe considerar un plan especial de seguridad para esta ciudad para combatir el narcotráfico, que es culpa de todos.

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Pero es preocupante el incremento de asesinatos...

Si usted homologa los datos y si se quitan las muertes del narcotráfico, vemos que en Guayaquil se da una cantidad de muertes por robos o por violencia interpersonal similar a la de otras ciudades. No nos pueden catalogar a los guayaquileños como violentos; nosotros no tenemos la culpa del ingreso de la droga. Casi el 90 % de las muertes están asociadas al narcotráfico. No es que los guayaquileños somos malos y queremos matarnos entre nosotros. No nos pinten como demonios y nos caractericen así, que no lo merecemos.

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¿De quién es la culpa del ingreso de la droga?

Guayaquil no es un productor de droga; a Guayaquil la contaminan. La droga viene de otros lados por tierra, de la frontera norte y de la frontera sur. Tiene que atravesar casi todo el territorio nacional para llegar a Guayaquil; el resto del país acumula la droga en Guayaquil, la puerta de salida. Esta ciudad no merece ser cataloga como violenta; es víctima de narcotráfico. Me pregunto por qué Carchi, Esmeraldas, Imbabura, Pichincha, Sucumbíos o Loja dejan que pasen los camiones de droga por su territorio hacia Guayaquil y no son catalogadas como zonas de narcotráfico.

¿No hay controles en la frontera?

Aquí nadie es santo, porque la droga pasa por todo el territorio nacional; hay pasos irregulares en las fronteras y los controles son insuficientes en las provincias. Pasan cientos de toneladas todos los días. Cada vez hay más droga y llega más droga a Guayaquil en camiones; no llega en aviones.

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Pero ¿por qué están matando?

Por tratar de introducir la droga a uno de los cinco puertos que hay en la ciudad. Entonces, la droga llega y hay que ponerlas en caletas; y ahí es tentación para que se pierda un ladrillo de droga y, cuando esto pasa, mueren uno, dos o tres automáticamente. Es la manera de proceder de las bandas, porque el señor (narcotraficante) no puede judicializar si le roban la droga o cuando hay un decomiso, y sabe que alguien habló.

Y el consumo en las calles, ¿qué puede hacer el Municipio?

Cada día hay más consumidores de droga. Primero se regala la droga a niños de 8, 9 o 10 años, de esa manera se los acostumbra; luego les cobran, y deben empezar a robar en casa para conseguir la dosis. Cada vez que hay más adictos, hay más inseguridad. Mientras más niños nacen en zonas de pobreza, más clientes tienen los narcotraficantes. El consumo está prohibido en las calles, pero tendríamos que tener agentes y áreas de reclusión para ellos, y van a venir los de derechos humanos.

El Municipio ha invertido mucho en seguridad, ¿qué piensa de los resultados?

Toda inversión en seguridad es buena. Nosotros hacemos esto porque Estado central no lo hace. Si el Municipio no cubre esas necesidades, como alimentación, teléfono, movilización, ellos estarán menos prepararados para luchar contra la delincuencia en la ciudad. Ahora mismo se han adquirido 60 camionetas más para los recorridos, porque los carros policiales están cada vez más dañados. No voy a decir que la ciudad es una isla de paz, pero hemos evitado que la situación sea peor.

¿Se necesitan más policías en Guayaquil?

Somos el puerto que genera el 90 % de los ingresos del país y, pese a esto y la actual lucha contra el narcotráfico, tenemos la misma cantidad de policías que hay en Quito. Tienen que controlar las fronteras, porque para Guayaquil es una lucha desigual; no hay carros, armas, personal o presupuesto. Al contrario, los enemigos (narcotraficantes) tienen todo el presupuesto del mundo.

¿Qué necesita la Policía para trabajar?

La Policía Nacional ni siquiera tiene personería jurídica para tomar sus propias decisiones, todo lo firma o aprueba el Ministerio de Gobierno. Por eso, ellos no pueden dar cuentas, porque es el ministerio el que los financia y les asigna la plata.

Por ejemplo, la mayoría de los insumos y el personal calificado están en Quito, pese a que en Guayaquil es donde se comete la mayoría de los crímenes. Un ejemplo de eso es el laboratorio más completo que tiene la institución, que se encuentra en la capital; allá deben enviarse las muestras de casos que ocurren en Guayaquil. (I)