La familia de José Sumba González, el migrante que fue asesinado en su departamento ubicado en el barrio de Corona, en Queens, Nueva York, aún no sale de su asombro, y en medio de su desconsuelo pide ayuda a las autoridades en dos aspectos: solicitan una visa humanitaria para el hijo que quedó en Ecuador y repatriar el cadáver lo más pronto posible.

El cuerpo en descomposición de José fue hallado el pasado martes en su departamento. Según los protocolos de autopsia, recibió varias puñaladas en el abdomen y cabeza, siendo esas las razones principales de su deceso.

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Luis, hermano de la víctima que vive en la provincia del Cañar, estaba notoriamente golpeado por una noticia que no esperaba. Contó que José emigró hace quince años en compañía de su entonces esposa, de quien luego se separó. Ambos partieron dejando un pequeño hijo a cargo de una conocida, que hoy creció y es un adolescente de 17.

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Por ahora, el único pariente que se ha hecho cargo del caso ha sido Éricka, hija de José y sobrina de Luis, pero esperan que entre el lunes y martes próximos arribe desde España a EE. UU. Juan, otro hermano. Él asumirá todos los temas pendientes, principalmente la investigación legal, porque tanto la Policía como ellos tienen como principal sospechoso a un hombre que fue su compañero de habitación.

“Un detective dijo a la familia que tienen videos en donde se ve a mi hermano entrar el domingo (29 de mayo) al departamento, y no salió más. Y también hay otra persona que salió apresuradamente de ahí, y no aparece. Todos los vecinos rindieron su versión a la Policía, menos él”, contó el pariente de la víctima.

Mientras que Éricka, la sobrina, dijo al canal Univisión que, días antes del crimen, José la llamó para contarle algo aterrador: “Que lo iban a matar, pero que no diga a nadie”.

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Durante su estadía en Estados Unidos, José se dedicaba a diferentes labores, principalmente la cocina y la construcción. Su hermano conoció de su esfuerzo en carne propia, porque él también fue migrante, pero lo deportaron, y desde entonces solo conversaban por teléfono.

Reconoció que durante este tiempo la principal preocupación de José era ayudar a su familia y amigos, incluso al compañero de cuarto que supuestamente lo asesinó, pues estaba recién llegado desde su país de origen y no tenía dónde quedarse.

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Pero la familia hizo también otro pedido: que se gestione una visa humanitaria para el hijo de 17 años que quedó en Ecuador, pues ahora, además de quedar huérfano de padre, difícilmente verá a su progenitora, porque ella también reside en el país del norte de manera irregular y, si regresa al país, difícilmente retornará.

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El hermano del migrante refirió que sí recibió la llamada desde el Viceministerio de Movilidad Humana localizado en Azogues, en la que le ofrecieron ayuda para traer el cadáver a Ecuador; pero tomaron otra opción, la primera que se le presentó, que fue cumplir el trámite por su cuenta con una funeraria privada.

Como sus recursos económicos no son los mejores, piden ayuda a la gente para solventar los trámites que esto demande. Las personas que quieran colaborar en este caso pueden llamar al número celular 09-9835-0799. (I)