Una calle de honor y con globos blancos en alto recibió la tarde de este domingo el féretro con los restos de Álex Quiñónez. Una capilla ardiente se instaló en interior de la cancha de fútbol del estadio Folke Anderson.

Ana Quiñónez, madre del deportista, entró con unos niños al complejo deportivo portando una pancarta con la foto de su hijo.

Las canciones Yo te extrañaré y Cuando un amigo se va se escucharon de fondo mientras ingresaba el ataúd cargado por hombres.

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Decenas de ciudadanos se apostaron en las gradas del estadio para dar el último adiós al deportista, que fue asesinado la noche del lunes en el noroeste de Guayaquil.

La madre del atlteta agradeció a los presentes por su solidaridad y asistencia a las honras fúnebres. Antes, había pedido justicia para su hijo, pero también reprochó que se le haya quitado la ayuda económica y patrocinios.

Quiero que el Gobierno dé con los asesinos de mi hijo, dice la madre de Álex Quiñónez

Miris Quiñonez, y Juan Quiñónez, familiares del deportista, pidieron que el COE se disculpe por no permitir la paricipación de Álex en el 2020. Además, que restituya sus derechos y que se haga justicia por sus derechos. No obstante, el COE no inhabilitó al deportista. Fue suspendido un año por la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU) por no estar localizable tres veces en el plazo de doce meses para controles de dopaje.

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El párroco Silvino Mina realizó una oración fúnebre. Las autoridades del ministerio del Deporte estuvieron en el acto.

Antes de ser traslado al estadio, los restos fueron velados en las calles Paraíso y Esmeraldas del barrio Unión y Progreso, en el sector Las Guacharacas.

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Una caravana de más veinte vehículos escoltaron el féretro del deportista Álex Quiñónez. Los restos del velocista, que fueron trasladados por una empresa funeraria de Guayaquil, arribaron cerca de la medianoche del sábado a Esmeraldas, su tierra natal.

En caravana entró el féretro de Álex Quiñónez a Esmeraldas y al llegar a Las Guacharacas fue recibido con aplausos

El cortejo fúnebre fue recibido en el control de San Mateo por el medallista olímpico Jefferson Pérez; la gobernadora Tania Obando, y Pablo Velasco, comandante de la Policía Nacional Subzona 8.

Desde allí, dos motocicletas escoltaron la caravana hasta la residencia de la madre del velocista, en el sector Las Guacharacas.

Tras salir del estadio, la caja mortuaria fue llevada al cementerio. El féretro fue cargado en hombros por las calles Salinas, Olmedo, Rocafuerte. Servidores policiales del Grupo Operacional Motorizado (GOM) encabezaron la caminata hasta el campo santo.

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En el trayecto se entonaron canciones que fueron coreadas por los asistentes.

El cadáver del deportista fue sepultado antes de caer la noche. (I)