La policía Verónica Songor, quien fue herida de bala cuando estaba dentro de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Socio Vivienda 2, el pasado domingo, 9 de octubre, lleva un año y siete meses cumpliendo servicio en el Puerto Principal.

Sujetos desconocidos atacaron el retén con al menos 21 tiros. Ocurrió a las 03:30 cuando la uniformada, de 24 años, estaba sentada en la recepción, cumpliendo su turno.

Según la Policía Nacional, era la primera designación de Songor en el eje preventivo y la cumplía en la ciudad de Guayaquil.

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El ataque a la UPC y la uniformada ocurrió en medio de las fiestas de Guayaquil y fue parte del discurso del presidente, aunque erró al indicar que había fallecido, algo que debió luego rectificar.

Este atentado contra la joven uniformada ocurrió en una de las zonas más calientes de Guayaquil, donde se conoce que hay bandas que controlan el espacio y donde en los últimos meses ha tenido que entrar el Ejército para controlar las balaceras.

¿Es lo más apropiado que en zonas consideradas calientes y de dificultad estén policías sin amplia experiencia en combatir el crimen organizado?, se han preguntado unos ciudadanos en medio de este escenario violento.

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El coronel (s. p.) Carlos Blanco, quien dirigió varias unidades de inteligencia de la Policía y quien fue director de seguridad pública y es especialista en seguridad, explicó que cuando los policías empiezan a trabajar -luego de su preparación en las escuelas de formación- pasan por un periodo de conocimiento y práctica, por lo que son destinados a los lugares básicos que son las Unidades de Policía Comunitaria (UPC).

Agregó que empiezan por el lado de las oficinas para conocer movimientos, uso de las radios, recibir y entregar mensajes, documentación y luego salen a las calles, a patrullar en parejas en la comunidad, que es una manera de protección.

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“Todas las zonas son peligrosas, todas las zonas son sujetas a riesgo (...) son situaciones que no son previsibles bajo ninguna circunstancia (...) resulta casi imposible predecir el punto exacto o el lugar o la hora donde estos criminales ataquen”, indicó con relación al ataque a Songor.

Blanco sostuvo que lo que se hace, en estos casos, es minimizar los riesgos, pero el ataque perpetrado fue de tal magnitud que usaron armas de diverso calibre con el objetivo de causar miedo y terror entre las filas policiales.

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Impactos de bala quedaron en una UPC de Socio Vivienda 2 donde delincuentes hirieron a una policía. FOTO JORGE GUZMÁN  Foto: El Universo

Para el general de Policía en servicio pasivo Juan Carlos Barragán, quien se desempeñó como director antinarcóticos y jefe del Estado Mayor, más que policías con experiencia deben permanecer en número por Unidad de Policía Comunitaria de acuerdo con el modelo de gestión establecido y al parecer la policía herida estaba sola en un lugar complicado.

“El problema es estructural y no se solucionará con parches, sin recursos y desmoralizados por culpa de una minoría. Si nuestros policías bajaran los brazos, sería la gloria de los delincuentes”, advirtió Barragán.

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Barragán consideró que la solución es que haya una planificación estratégica que contemple medidas inmediatas, mediatas y a largo plazo.

“No se puede ordenar, por decir de alguna manera desde el Ejecutivo cumplir la misión, pero a la hora de dotar de los recursos, mira para otro lado. Sin voluntad política nada se puede lograr”, añadió Barragán.

A criterio de Blanco, la legislación no protege ni a la ciudadanía en general ni a los policías, sino que ampara a los delincuentes porque son beneficiados y hay impunidad.

El ministro del Interior, Juan Zapata, mencionó la semana pasada que el 14 de octubre se graduarán 1.760 policías y el 30 de este mes ingresarán 8.500 efectivos con una nueva malla curricular. Además, que una de sus prioridades es la Policía Comunitaria.

Acerca de la incorporación de nuevos elementos policiales, Blanco señaló que es indispensable que haya aumento en el número de policías para poder cubrir la media internacional debido a la cantidad de población y a que existen actualmente un poco más de 50.000 policías.

Barragán dijo que se necesita inversión en uniformes, chalecos, armas, patrulleros, instalaciones, colchones, cobijas, pues sin equipos y logística los policías son solo carne de cañón.

“Tenemos que utilizar mucho la tecnología, pero no podremos conseguir nada así tengamos todo el personal policial, tengamos todos los recursos materiales, logísticos, pero si no tenemos leyes, una Constitución que apoye definitivamente para garantizar el orden y la seguridad no importa qué se haga porque siempre habrá impunidad”, opinó Banco.

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Los ofrecimientos del Ejecutivo

Durante su discurso, el presidente Guillermo Lasso dijo que se busca fortalecer las capacidades operativas de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas.

“Seguiremos fortaleciendo el trabajo de la fuerza pública con equipamiento y tecnología. Incorporaremos a 30.000 nuevos policías y en las próximas semanas aumentaremos el número de efectivos en la Zona 8, que incluye Guayaquil, Durán y Samborondón. Este 30 de octubre entran a la institución 8.500 jóvenes que han decidido optar por estar carrera”, mencionó.

El presidente manifestó que se han destinado 5 millones de dólares para mejorar, en Guayaquil, las condiciones de 89 Unidades de Policía Comunitaria, 3 Unidades de Vigilancia Comunitaria y el mantenimiento del Laboratorio de Criminalística.

En su intervención, pidió respaldo a la consulta por los temas de seguridad. “Necesitamos la participación de todos, tenemos un arma, me refiero a la consulta, porque con la consulta redoblaremos el apoyo de Fuerzas Armadas y la Policía en su lucha contra el narcotráfico y la delincuencia”. (I)