Daniel Lascano tiene 29 años y perdió ambas piernas en un accidente de tránsito que casi le quita la vida hace seis años. Estuvo más de seis meses hospitalizado, y asegura que perdió la cuenta de las veces que lo ingresaron al quirófano durante su lenta recuperación.

Recuerda que vivió una depresión muy fuerte al despertar del coma y ver su cuerpo mutilado. Por eso, ahora da lo mejor de sí en su trabajo.

Labora atendiendo y gestionando las necesidades de los pacientes que acuden a diario al hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Los Ceibos.

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Dani, como le dicen todos, iba en su moto desde Daule hacia Guayaquil cuando el automóvil que venía adelante frenó a raya para girar en U en medio de la carretera. Él cuenta que se estrelló contra el carro y salió volando unos metros. Es todo lo que recuerda.

Quedó en la calzada inconsciente, y segundos después un trailer pasó encima de sus extremidades inferiores. Ocurrió el 19 de agosto del 2016.

El protagonista de esta historia ‘murió’ en la ambulancia y fue reanimado al llegar al hospital de Daule; por tal razón, en el primer parte que se elaboró del accidente de tránsito lo daban por muerto, y en el juzgado se dijo que él había sido el culpable por estrellarse contra el auto, que era conducido por Josué M. R.

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Josué M. R. fue detenido por unas horas para investigaciones y luego, en la audiencia, obtuvo medidas cautelares. Cuando llegó el segundo parte de la Comisión de Tránsito, donde se mencionaba que Dani estaba vivo, le mandaron resguardo policial al hospital para que no se escapara (estuvo en coma seis semanas), dice con una sonrisa Lascano, porque lo consideraban sospechoso.

Para entonces, el hombre que conducía el auto ya se había ido. Era el 24 de agosto del 2016.

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El hombre que causó el accidente de Daniel fue sentenciado a tres años de cárcel, pero el caso acaba de prescribir. El juez ordenó el pago de una indemnización de 150.000 dólares, pero esto no ha ocurrido aún. Fd Ronald  Cedeño  Foto: El Universo

Dani explica que lograr la sentencia para el hombre que causó el accidente tomó más de un año; que su familia se concentró primero en su recuperación. Josué M. R. tuvo tiempo de huir. Y luego hubo al menos diez audiencias que fueron suspendidas por varios motivos.

El caso se investigó en Daule, pero la primera sentencia se dio en Guayaquil. El 13 de abril del 2017 sentenciaron a Josué M. R. a 42 meses de cárcel y a pagar una indemnización a la víctima de 150.000 dólares y doce salarios básicos ($ 5.000) como multa al Estado.

El procesado apeló la decisión y, al volver a Daule el proceso, la sentencia fue modificada por la jueza de ese cantón.

El 8 de diciembre del 2017 le rebajaron la pena a Josué M. R. a 36 meses y le quitaron la multa a favor del Estado. La indemnización sigue igual, pero el hombre que frenó delante de Dani no ha pagado nada, ni siquiera gastos médicos, señala Lascano.

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El 28 de diciembre del 2017 se obtuvo una boleta de captura en su contra; pero este hombre, que vivía en el suburbio de Guayaquil, ha permanecido escondido todos estos años.

“Nunca se presentó a firmar la libertad condicional ni nada”, asegura la víctima del accidente, que sostiene que en noviembre del 2022 el sentenciado dio señales de vida.

Mandó a un abogado que solicitó una audiencia para revisar la prescripción de su caso, pues ya se había cumplido el tiempo que permite la ley para capturarlo y hacerlo cumplir la condena.

El acta de prescripción le permitirá al hombre, de 27 años, volver a caminar por las calles sin temor a ser detenido.

“El delito ya prescribió: él no va a ir preso. Pero lo que causó no va a prescribir nunca: yo no voy a volver a tener piernas”, expresa Dani, quien acababa de cumplir 23 años cuando perdió sus extremidades.

Dani explica que, pese a no haber pagado la indemnización, Josué M. R. pronto obtendrá la prescripción; y que, para cobrar el dinero ordenado por el juez, debe seguirle un proceso civil que puede tomar años.

En teoría, en ese proceso se lo obligaría a pagarle a Lascano en caso de tener bienes a su nombre o un sueldo, pero Josué M. R. no tiene nada, dice la víctima. Solo tenía 21 años cuando causó el accidente.

Pese a la frustración que le ha causado durante años que no se haga justicia en su caso, Dani dice que ha aprendido a ser feliz.

Con una sonrisa que ilumina su rostro, cuenta que está comprometido y va a ser padre en unos meses. Se describe como un hombre independiente que trabaja por su familia.

No obstante perder sus piernas y las limitaciones que eso implica en la vida de cualquiera, Lascano cuenta que tras el accidente ha practicado parapente, parasailing e incluso ha nadado con tortugas. Siente que le perdió el miedo a la muerte.

Dani explica que con mucho esfuerzo y sacrificio se acaba de comprar un carro, pero no tiene cómo conducirlo aún. Está buscando a alguien que se lo pueda modificar para manejar en su condición.

Este Diario solicitó al abogado de Josué M. R. su versión del caso y le consultó por correo si iba a pagar la indemnización a Daniel Lascano. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta al respecto. (I)