El 21 de mayo de 2020, tres hermanos llegaron a un sembrío ubicado a las afueras del recinto María Esther, en Guayas. Buscaban a un hombre al que supuestamente acusaban de robar pollos y gallinas.

Carlos R. P., el hombre buscado, había llegado al sitio en su moto. No se percató de que los hermanos habían llegado al lugar en un auto.

En el sitio lo interceptaron. Usando armas punzocortantes, entre cuchillos y machetes, los hermanos apuñalaron a Carlos R. P. Las investigaciones determinaron que la víctima recibió más de treinta heridas en tórax, pecho y cabeza.

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Los familiares de la víctima, que se encontraban cerca al lugar, acudieron a socorrerlo e identificaron a los participantes del crimen. Ellos escaparon, pero amenazaron a los familiares si los denunciaban.

Tras una denuncia, se inició el proceso contra los hermanos. Dos fueron capturados y uno se dio a la fuga.

Este proceso finalmente llegó a su fase de sentencia. La Fiscalía del Guayas obtuvo sentencia condenatoria de treinta y cuatro años y ocho meses de prisión contra los hermanos Anelio Valeriano y Grinaldo Xavier R. B. por el asesinato de Carlos R. P.

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En la audiencia de juzgamiento, en la Unidad Judicial Albán Borja, el fiscal Marco Ordeñana presentó como pruebas ante los jueces del Tribunal Penal los testimonios de agentes aprehensores e investigadores, de peritos forenses y un testigo presencial (familiar de la víctima), quien identificó plenamente a los autores del hecho.

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Los magistrados que llevaron el caso impusieron, además, una multa de 1.000 salarios básicos unificados (425.000 dólares) y el pago de 15.000 dólares (a cada procesado) como reparación integral a los familiares de la víctima.

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Según la Fiscalía, este caso se procesó con base en el artículo 140, numerales 2, 4 y 6, del Código Orgánico Integral Penal (COIP), delito que es sancionado con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años, junto con las circunstancias agravantes indicadas en el artículo 47, numerales 5 y 7, del mismo cuerpo legal, que incrementaron en un tercio la pena impuesta.

Un tercer procesado, también hermano de los ahora sentenciados, se encuentra prófugo. (I)