Llegan al punto donde está la obra, funcionario o trabajador. Se presentan como miembros de una supuesta banda y piden dinero como condición para poder trabajar en la zona. Así operan ciertos extorsionadores en barrios de Guayaquil.

Pero no solo esto pasa a los contratistas o trabajadores de obras, sino que funcionarios de empresas que dan servicios y que venden sus productos en zonas que están controladas por las bandas también están teniendo dificultades para poder trabajar con tranquilidad.

A ese pago se lo llama “vacunas”. La alcaldesa Cynthia Viteri, en una entrevista con este Diario, reveló que contratistas están siendo sometidos a esas extorsiones para que los dejen trabajar en barrios. Esos pagos, según la alcaldesa Viteri, pueden llegar hasta los 10.000 dólares mensuales.

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“Nuestros contratistas, en las obras de barrios a los que hace referencia, en toda la mayoría, pagan ‘vacuna’ (dinero) ahora, entre 5.000 y 10.000 dólares mensuales, para que los dejen trabajar en la obra municipal. Y cuando primero le pagan a uno, te sale la otra banda y dicen: ‘Nosotros también’. Y todos los días deben pagar para que los dejen entrar en los sectores y las obras”, contó la alcaldesa a este Diario.

En un recorrido efectuado y en consultas realizadas en estos días se han corroborado estas versiones. Un jefe de obras de una construcción explica que llegan hombres con ropa casual, sin armas y que se presentan como cualquier vecino, pero al empezar a hablar comienzan a amenazar y explican que ya saben todos los movimientos de los trabajadores.

Según el ingeniero, en una obra de la que él fue parte debieron pagar 2.500 dólares mensuales a una banda para poder ingresar a trabajar. El contrato duró varios meses y en ese tiempo llegaron hombres que decían pertenecer a otras agrupaciones para también pedir dinero.

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“Ningún contratista puede trabajar así, porque ese rubro no está en el presupuesto y laboran con esa pérdida, sin mencionar el peligro que representa para los trabajadores”, comenta el ingeniero de obra, quien asegura hasta han llegado a secuestrar a los obreros para presionar con los pagos.

Según varios contratistas, en sectores como la av. Casuarina, la vía Perimetral y la coop. Sergio Toral ocurre esto.

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Un contratista que inspeccionaba una obra en el suburbio contó que hace dos semanas una empresa empezó a trabajar en la coop. Sergio Toral y que ya han recibido amenazas, por eso esperan reunirse los representantes de varias firmas este viernes para discutir qué medidas tomar al respecto.

Él mencionó también que han tenido que contratar seguridad privada hasta para que cuiden los materiales de construcción durante las madrugadas, porque es robado cuando se retiran los trabajadores.

Guayaquil tiene dos parroquias (Ximena y Pascuales) con toque de queda por el alto número de muertes violentas. Carlos Barros - El Universo. Foto: El Universo

“Se han llevado tuberías, acometidas, cable de cobre y otros materiales, y todo eso lo tiene que reponer la empresa”, detalla el ingeniero que supervisa los trabajos en un sector que está siendo regenerado. Él prefiere omitir su nombre por seguridad. Además, reflexiona al respecto y dice que no pueden tener a un policía todo el tiempo cuidándolos mientras trabajan, sin embargo, pide mayores controles y compromiso de los uniformados.

“Por algo han intervenido esos distritos”, comenta el hombre.

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Viteri destacó que en los últimos años el Municipio de Guayaquil ha invertido 27 millones de dólares en seguridad.

“La ciudad es víctima de experimentos en materia de seguridad. No se puede experimentar en materia de seguridad, porque el resultado es derramamiento de sangre”, dijo Viteri.

Pero no solo les ha pasado a los contratistas que ejecutan obras municipales.

Funcionarios de empresas que brindan servicios básicos han sufrido también por la extorsión de las bandas. Un contratista que hace reconexiones para una empresa de servicio de internet explicó que varias veces ha sido amenazado y, si bien no le han pedido tanto dinero como a los contratistas, ha tenido que pagar $ 5 o más para que lo dejen poner la escalera en el poste y reparar el daño.

Hasta los recolectores de basura y los barrenderos que llegan a los barrios son víctimas de las bandas.

Stefany Camacho, vocera de la empresa Urvaseo, explicó que hay sectores del sur de Guayaquil a los que no les permiten ingresar porque los confunden con policías de inteligencia.

Ella mencionó que han sido asaltados en más de diez ocasiones.

Hace dos semanas asaltaron con armas a quien maneja el recolector, a los carretilleros y a quienes barren, generalmente ocurren en la noche y madrugada pese a estar en toque de queda.

Otro caso que les llamó mucho la atención fue que hace dos semanas incluso quisieron robar los uniformes a trabajadores de Urvaseo, contó Camacho.

Los bomberos también reportan dificultades para entrar a varias zonas. La situación en algunos sectores es tan compleja que ni siquiera las ambulancias pueden ingresar.

Martín Cucalón, jefe del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, comentó que la entidad adquirió hace poco chalecos antibalas y cascos para quienes van a esas zonas por lo peligroso que resulta.

Él comentó que en una balacera que se dio la tarde del domingo en el Guasmo la central indicó que no había garantías necesarias para el ingreso de los bomberos y paramédicos, por lo que no entraron.

Ahí hubo al menos tres heridos que fueron llevados por vehículos particulares hasta el hospital del Guasmo. (I)