Entre enero y noviembre, 61 servidores policiales han muerto en actos de servicio.

Los últimos casos se produjeron la madrugada de este martes, 1 de noviembre, cuando dos policías que se encontraban en un patrullero, en Guayaquil, fueron atacados por antisociales con armas de fuego. El cabo segundo Félix Contreras Montoya y el policía Estalyn Chunata Martínez perdieron la vida en este atentado.

En días pasados fueron asesinados Verónica Songor, quien fue baleada por sicarios en una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en Socio Vivienda, en el noroeste de Guayaquil, y Eduardo Perlaza Cevallos, quien fue asesinado la madrugada del lunes 17 de octubre, al intentar evitar un asalto a una gasolinera en Santo Domingo de los Tsáchilas.

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Según la Inspectoría General de la Policía Nacional, en 2021 fueron 75 fallecidos en actos de servicio; en 2020, 68; en 2019, 50; en 2018, 51; en 2017, 46; en 2016, 42.

“Este año ha sido muy triste y trágico para la Policía Nacional. Con estos dos casos, sumamos ya 61 héroes policiales caídos en actos de servicio. Esta es la factura altísima que paga una de las instituciones por el cumplimiento de su deber y a quien la tenemos que seguir apoyando”, dijo el ministro del Interior, Juan Zapata, en una rueda de prensa, este martes.

Balean a mujer cuando salía de un comedor de la 17 y Gómez Rendón

Con honores despidieron en Guayaquil a la policía Verónica Songor antes de llevarla a Loja. Estuvo presente el ministro del Interior, Juan Zapata (d). En el Cuartel Modelo se levantó una capilla.  FOTO JORGE GUZMÁN Foto: El Universo

Wilfrido Chugá, coronel de la Policía (s. p.) y presidente de la Corporación de Organizaciones Policiales en Servicio Pasivo, que la forman ocho agrupaciones de oficiales, clases y policías, consideró que hay violencia que antes no se observaba en el país.

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La atribuyó a lo que llamó una inadecuada administración de justicia, dado que hay algunos jueces que liberan a los delincuentes sin tomar en cuenta incluso las evidencias que se presentan.

“Los encuentran con droga, y a las 24, 48 horas y máximo 72 horas ya están libres. Los encuentran con armas: les dan medidas sustitutivas. Todo eso viene a generar un incremento de la delincuencia y también un temor por parte de los miembros uniformados de llevar adelante sus actuaciones. Eso viene a disminuir lógicamente la seguridad hacia la ciudadanía”, dijo.

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Añadió que hay una falta de control en las fronteras por una libre migración sin previo registro.

‘Nunca esperamos recibirla en un féretro, estamos muy indignados y consternados’, dice familiar de la policía Verónica Songor al arribo de sus restos a Loja

Diego Pérez, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del IAEN, mencionó que en estos hechos se revela el desborde de la delincuencia, que se plasma en una serie de acciones que buscan amedrentar y causar zozobra entre la población.

Para Pérez, mientras el Gobierno no defina una estrategia clara y una visión de mediano y largo plazo, será difícil cambiar esa realidad.

Sin embargo, sugiere tres acciones: un incremento de la inversión gubernamental, tanto en Policía como en Fuerzas Armadas; además, que haya mecanismos reales de depuración institucional que permitan contener las acciones de las organizaciones delictivas en el interior de las instituciones; y establecer una vía de articulación desde la Policía a los ciudadanos.

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Pero también —anotó Pérez— que los temas de seguridad sean considerados prioritarios desde el máximo nivel político Ejecutivo-Legislativo, a fin de concretar acuerdos para cambiar el marco jurídico y garantizar las acciones policiales.

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“Lo que tenemos es, en muchos casos, en muchas ocasiones, que hay una acción y que a los pocos días, tras esa acción, los criminales son liberados por acción del sistema judicial. Los policías sienten que están desprotegidos o acusan no tener un marco jurídico lo suficientemente amplio que ampare todas sus acciones”, explicó Pérez.

Chugá agregó que, cuando ha habido alguna reacción policial ante la delincuencia, muchos organismos van en su contra; pues, si bien se deben respetar los derechos de las personas, también se debe respetar el derecho a vivir con seguridad.

“Son cuestiones de segundos; son fracciones de segundo que tiene el uniformado, la forma o la capacidad de defenderse o de neutralizar un ataque”, indicó el exoficial.

Consideró además que hay desprotección ciudadana y que es un problema que se ha ido acumulando con el paso del tiempo, lo que ahora se plasma en violencia. (I)