Terrorismo urbano es para el coronel (s. p.) Mario Pazmiño, consultor internacional en temas de seguridad y defensa, lo sucedido la madrugada de este lunes, 25 de abril de 2022, en los exteriores de la cárcel La Roca, en Guayaquil, donde explotó un coche bomba.

Pazmiño, quien además fue director de inteligencia del Ejército, expresó que hay una transformación de megabandas que están recluidas en centros carcelarios en microcarteles que tienen otra dinámica de violencia, que utilizan a escuelas de lo que llama sicariato para aterrorizar a la población.

Esto ya se empezó a evidenciar, agregó, con la colocación en el estacionamiento del complejo judicial en el Albán Borja de artefactos explosivos, la semana pasada.

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Esto se sabe del carro usado para detonación en exteriores de cárcel de Guayaquil

“Es una muestra clara de que entramos directamente ya en otra etapa, lo que se llama terrorismo urbano por parte de las bandas delictivas (...) para causar terror en la población y para también amedrentar a las autoridades”, dijo.

El experto recuerda estas misma acciones en la época de los años 80 cuando empiezan a articularse los carteles en Colombia como el de Cali, de Medellín, del Valle.

Para Pazmiño, la violencia urbana se nutre de los problemas que hay entre los carteles, microcarteles y las organizaciones delictivas debido a la droga.

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La explosión de vehículo dejó daños en locales de los exteriores de cárceles. Carlos Barros Foto: El Universo

Para él, la solución no está en reforzar con policías las ciudades, sino atacar el ingreso de droga al país desde Colombia.

“¿Qué es lo que tiene que hacer el Estado? Taponar ese ingreso. ¿Cómo lo tapona? Restaurando la Fuerza de Tarea Conjunta Esmeraldas”, sugirió Pazmiño.

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A criterio de Daniel Pontón, académico y decano de la escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), hay un mensaje de amedrentamiento, pues estarían buscando -de alguna manera- minar la moral de la sociedad y del Estado como una especie de contraofensiva, a fin de evitar que se siga desmantelando a las bandas delictivas.

A Pontón le preocupa que pueda haber un escalonamiento de estos hechos, que no lo descarta, y frente a eso, añadió, el papel del Estado es combatir el crimen organizado, pero debe buscar que no se extienda a la población en general.

Para él, las acciones que se deben emprender son cada vez más mayores, multidimensionales, que van desde lo social, prevención del delito, armas de fuego, aspectos judiciales.

A cárceles de Guayaquil, Quito y Cotopaxi fueron trasladados 17 de los 18 detenidos por vínculos con banda delictiva Los Tiguerones

“No se ponen de acuerdo qué se quiere, adónde quieren apuntar, lastimosamente esto se vio en la reunión de ayer (domingo), se empiezan a lanzar la pelota entre poderes (...), pero aquí hay una causa común que es la delincuencia y lastimosamente el factor fundamental que está afectando esto es la impunidad”, opinó Pontón.

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Esto en referencia a la reunión que se realizó este domingo, 24 de abril, en la que participaron los representantes de varias instancias del Estado: Fiscalía, Corte Nacional de Justicia (CNJ) y Consejo de la Judicatura (CJ), todas convocadas por el presidente de la República, Guillermo Lasso.

Adicionalmente, indicó Pazmiño, hay que militarizar puertos y aeropuertos para ejercer un verdadero control sobre instalaciones que están siendo parte de lo que llamó crimen organizado.

Y como complemento hacer una reorganización del sistema de inteligencia, del sistema judicial, del sistema carcelario.

Pontón mencionó que también se debe fortalecer el sistema de inteligencia y contrainteligencia para evitar que el crimen organizado coopte a las instituciones estatales.

El ministro del Interior, Patricio Carrillo, en una entrevista con este Diario, advirtió que estas bandas intentan pasar a otro escenario con el uso de explosivos. (I)