Un joven fue asesinado cerca de la medianoche del jueves último en el barrio Las Orquídeas, en el norte de la ciudad de Cuenca.
Los presuntos responsables se escondieron dentro de una casa cercana y los moradores intentaron sacarlos para lincharlos. La intervención de la Policía para llevarse a los antisociales generó problemas con los indignados habitantes, que fueron dispersados con gases lacrimógenos y balas de goma, según versiones de los propios vecinos.
El hecho criminal ocurrió frente a la iglesia del sector, cuando el menor de edad fue aparentemente interceptado por tres ciudadanos con el objetivo de robarle sus pertenencias, pero la situación terminó en la muerte del joven por tres heridas de arma blanca y la fuga de los atacantes hacia un domicilio cercano para resguardarse.
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María, una moradora del sector, contó que ella vive a media cuadra y que todo ocurrió cuando el menor de edad salió para ayudar a su hermano mayor, que inicialmente estaba siendo asaltado, y en ese momento lo hirieron. “Le apuñalan en la cabeza, en la espaldita y en el corazón. Era tranquilo”, afirmó.
No obstante, esta mañana el fiscal de Azuay, Leonardo Amoroso, describió que el fallecido fue identificado como Bryan Mauricio Álvarez Cuzco, de 19 años de edad. Por versión de un amigo la víctima luego de hacer unos trabajos estaba tomando unas cervezas cuando llegó David Andres V.C, alias Villota, y se inició una la pelea.
Para intentar ayudar a Bryan Mauricio Álvarez arribó una ambulancia del Ministerio de Salud Pública y también luego se sumó personal policial y la fiscal de turno, quienes comprobaron que el joven ya había fallecido sobre la camilla.
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En el examen visual realizado por personal de Criminalística se constató que tenía dos heridas cortantes en la región occipital de la cabeza y una más en el lado del parietal derecho. Además, Álvarez tenía otra laceración en la nariz y más herida en el pómulo izquierdo, pecho y rodilla derecha.
El fiscal dijo aún se desconocía si el móvil fue el robo, pues eso se establecería en la audiencia de flagrancia que se cumplirá esta tarde. Inicialmente, la Fiscalía acusará a alias Villota y a los otros detenidos por el presunto delito de homicidio.
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Anoche, los irritados moradores los siguieron y notaron que se ocultaron en el interior de una casa ubicada a pocas cuadras del lugar del crimen. Empezaron a lanzar piedras para que salieran, no obstante, a los pocos minutos llegó un gran piquete policial con unidades especializadas que armaron un cordón alrededor del sitio para evitar que se dé un linchamiento.
Carlos, otro vecino, comentó que la gente de este barrio ya está cansada de que vayan sujetos de otros lugares para amedrentar a niños y adultos. Molesto, comentó que “el pueblo se une para sacar este tipo de gente; y la policía, con abuso de autoridad, dispara al cuerpo, no fue al aire, a mí me impactaron en el pie, a otro amigo en el muslo y el glúteo, eso no es justo. Como la ley no hace nada, nosotros tenemos que pararnos y hacer las cosas”, refirió.
Las heridas que menciona Carlos son unas provocadas, a primera vista, por balas de goma que la policía disparó para dispersar a la muchedumbre y rescatar a los tres presuntos responsables en un patrullero y en una camioneta de color rojo.
Tras el suceso, los moradores empezaron a mostrar heridas de perdigones en diferentes partes del cuerpo. En uno de ellos el perdigón aún permanecía clavado, en el pie, como evidencia del aparente abuso de autoridad.
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Sobre un presunto abuso policial contra los vecinos al momento de llevarse a los sospechosos del crimen, el fiscal Amoroso dijo que también desconocer, pero acotó que determinarse aquello habrá que investigarlo.
Hasta ahora no ha habido un pronunciamiento oficial de la Gobernación del Azuay, Ministerio del Interior o la Policía Nacional. (I)